LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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-PEÑALBA DE SANTIAGO. IGLESIA DE SANTIAGO-



UTM 29T 702430 4700361 1100 m

Peñalba de Santiago es una pequeña, bella y recóndita aldea berciana que conserva los caracteres del medioevo. Las nuevas construcciones respetan la tradición arquitectónica y pasear por sus empinadas y angostas calles, con casas de mampostería de pizarra, con solanas de madera en la planta superior y cubiertas por tejados de lajas de pizarra, es como si regresáramos al pasado, gracias al túnel del tiempo. Por su arquitectura rural y por ser el único ejemplar de arquitectura popular berciana, ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional (Imágenes 4 y 5). Está situada en un agreste anfiteatro de montañas, en un paraje remoto en la cabecera del río Oza, al oeste de la cumbre de caliza blanquecina, llamada Peña Alba (Pinna alba) de la que deriva su nombre: Peñalba. Este paisaje impresionante de alta montaña que se halla al fondo del Valdueza (valle del Oza), a la entrada del valle del Silencio y a 22 Km. de Ponferrada, fue declarado Paraje Pintoresco el 6 de Junio de 1969.
El acceso a Peñalba se efectúa por una carretera de montaña de trazado tortuoso y angosto al discurrir entre los montes Aquilanos y valles como los del Silencio y Friguera. El conductor que acometa la subida debe olvidar la prisa, armarse de prudencia y abrir los ojos para contemplar la belleza del paisaje (Imagen 3). Doy las gracias a mi querida amiga Isabel que, con su pericia y habilidad, hizo posible la realización de un sueño. Al regreso, dada la estrechez de la vía, tuvimos que lamentar un arañazo en el coche, causado al cruzarnos con otro vehículo que subía y que no se orilló lo suficiente. Para resarcirnos del mal rato y para celebrar lo que habíamos gozado, después de visitar San Pedro de Montes y Santa Maria de Vizbayo, disfrutamos de un magnífico almuerzo en "La casa del Botillo" en las afueras de Ponferrada.

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Según nos informa la losa de mármol existente en San Pedro de Montes, la historia cenobítica de estos parajes comienza en el S VII en el que San Fructuoso hizo en este lugar un pequeño oratorio. Después San Valerio amplió el edificio. Y en 895 Genadio, presbitero, con doce hermanos lo restauró. Luego ansiando mayor recogimiento, buscó para orar un retiro en una de las numerosas cuevas del contorno. Cuenta la leyenda que como el murmullo de las aguas le impedía concentrarse, prohibió al río cualquier rumor y la corriente se introdujo bajo tierra, surgiendo unos metros más abajo. Por eso a este lugar se le conoce como Valle del Silencio.
San Genadio en su autobiografía conservada en un documento llamado Testamento (919), cita que después de San Pedro de Montes y San Andrés, "fundé algo más apartado y en recuerdo de Santiago, un tercer monasterio llamado Pennalba". Fue fundado a principios del S X y la iglesia debió de ser obra de sus sucesores abaciales, Fortis (920-931) y Salomón(931-951) en la tercera década de ese siglo. Parece que el edificio está concluido en 937, aunque en el interior de la iglesia se conserva una consagración de 1105.Después de abandonar el Obispado de Astorga, Genadio se retiró a Peñalba, donde vivió diecinueve años más, siendo enterrado en el contraábside occidental de la iglesia hasta el SXVI, en el que la Duquesa de Alba trasladó sus restos a Villafranca y posteriormente a Valladolid.

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Tras la muerte de Genadio, la historia de Santiago de Peñalba se prolonga un poco más de dos siglos. A mediados del S XIII, Alfonso IX cede todos los bienes del monasterio, que no eran muchos, al cabildo catredalicio de Astorga. A partir de ese momento desaparecen las noticias relativas al monasterio, perdurando las referentes a la iglesia. Cronistas y eruditos del S XVI y XVII , dejaron en sus obras referencias del templo. Fray Prudencio de Sandoval lo califica como "la cosa más curiosa y digna de ser vista entre las antigüedades que tiene España".
Aunque el monasterio contaría con dependencias monacales, de las que nos pueden dar una idea las construcciones actuales que se apiñan en torno al templo, sólo él ha llegado hasta nuestros días, gracias a su uso como parroquia.
Situada en el centro del pueblo, apenas sobresale del resto de las techumbres de las casas colindantes, con las que comparte los materiales de construcción: lajas sin desbastar de grandes placas de esquisto en las cubiertas. Un muro de piedra, construido en las últimas restauraciones, la aísla de las casas que la rodean, creando pasos libres estrechos que impiden la visión general del monumento.

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Al exterior, sorprende y admira su armónico juego de volúmenes, formado por seis prismas cuadrado de diferentes alturas. En el centro el más alto, el del crucero, rodeado de manera escalonada por la nave, el ábside, el contraábside y las dos capillas del crucero (Imagen 1).
En los muros se utilizó la mampostería de pizarra y piedra caliza. Y en los recerco de algunos huecos, sillarejo y sillares. Pequeños contrafuertes exteriores sirven para contrarrestar los empujes de las bóvedas interiores. A los pies, una espadaña posterior, S XVII o XVIII, configura el conjunto. Se erigió a unos dos metros del testero del contraábside y estaba unida a él por una escalera, cuya huella se advierte. En la actualidad está exenta (
Imagen 2).
Los aleros, muy salientes, vuelan sobre numerosos modillones de rollo, característicos del arte mozárabe. Algunos están decorados con ruedas solares o esvásticas y florones (
Imágenes 6 y 7).

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En el muro sur, nos encontramos la más perfecta puerta del arte mozárabe. Bajo un arco de descarga , se cobijan dos arcos geminados de herradura que apean en tres columnas de mármol de basas áticas. Las dovelas de los arcos están perfectamente talladas y se trasdosan con una triple moldura que se quiebra para formar un alfiz que enmarca toda la entrada (Imágenes 8 y 9).Los capiteles decorados con hoja de acanto, corintios esquematizados, poseen ábaco escalonado de tripe nacela (Imagen 15).Esta puerta reúne la belleza de sus materiales, la perfección de la talla de dovelas y capiteles y la elegancia de las proporciones y las formas. Es una asombrosa y valiosa joya.
En la capilla del mediodía se abre una pequeña saetera con un arquillo de herradura recortado en un grueso sillar. Sobre él se marcó una hendidura en la que , según la tradición, estuvo incrustada una lámina de oro con una inscripción ahora desaparecida. Por debajo de ella se ven enigmáticas señales que pudieran ser marcas de cantero (
Imagen 14).
En la fachada norte una sencilla puerta de herradura en la que en la jamba izquierda se halla una inscripción funeraria latina, en versos leoninos (
Imagen 10). Traducida dice:
" Bajo este mármol, sepultado en Cristo, está Esteban, abad insigne, intachable en las costumbres, verdadero hombre del Señor, recto y severo en la vida, discreto, sabio, sobrio y paciente, de gran honestidad y hombre de gran piedad mientras le fue posible, mientras estuvo vivo. La nación francesa nos dio un válido rector de jóvenes, modelo y guía de ancianos. Se rindió a la frágil vejez en la fiesta de Gervasio. La virtud de Dios le sea propicia. Si al año ciento añades siete veces diez y a estos unes mil, sabrás la era en que fue. El 19 de junio murió Esteban, era 70. Pelayo Fernández mandó que se hiciera y Pedro fue el que lo grabó".

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En los muros exteriores nos encontramos con otras inscripciones , deterioradas y prácticamente ilegibles, que hacen referencia a los lugares de enterramiento de otros personajes, principalmente monjes y abades: Rudericus, Petronatus, Ianuario (Imágenes 12 y 13).El espacio que rodea al templo fue utilizado a lo largo del tiempo como cementerio. En el mismo muro y adosado al contraábside se halla un bello sepulcro románico, que pudo ser erigido en la segunda mitad del S XII, con piezas probablemente reutilizadas. La tradición oral afirma que es San Fortis, discípulo y sucesor de San Genadio en la silla episcopal de Astorga, el abad aquí enterrado (Imagen 11). Está construido en sillarejo y mampostería de pizarra y piedra toba. Tiene 3m de longitud x 1'19 m de profundidad x 1'87 m de alto. Posee tejadillo a una sola vertiente y está abierto al norte por doble arco de medio punto y dovelaje irregular que apoya en tres columnas con capiteles toscos corintizantes.
En la ventana axial, en el contraábside, se conserva parte de la celosía que recuerda el decorado de canceles y capiteles de San Miguel de Escalada (
Imagen 16).

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