La panda norte del claustro es la mejor
conservada. Tuvo la suerte de ser la más alejada del templo y por
esa circunstancia no se vio afectada por su hundimiento ni por las obras
de su remodelación que hicieron desaparecer la panda sur y el arranque
de las situadas al este y al oeste. Aunque también muestra motivos
silenses, hay en ella abundantes escenas historiadas como la que muestra
a mujeres amamantando a seres monstruosos (Imagen 3) de
clara evocación a motivo similar en San Pedro el Viejo de Huesca;
escena de caza llevada a cabo por centauro (Imagen 4),
un interesante capitel con elementos de psicostasis (Imagen 5) en el que
vemos a san Miguel pesando las almas con su balanza, a un ángel portando
a un alma y a san Miguel de nuevo, alanceando esta vez al dragón
(Imagen 6).