1
La comunidad monástica debe de estar ya instalada en este lugar donde hay "manantial de aguas perennes" desde mediado el siglo X puesto que hay constancia documental de la presencia de un abad llamado Placencio en época del conde Fernán González. De este momento data asimismo el precioso códice que contiene el "Comentario a la Regla de san Benito". Arrasado por Almanzor en el siglo XI, resurgirá con la llegada de santo Domingo en 1041, monje nacido hacia el temido año del milenio completo en la localidad riojana de Cañas. Fue maestro de los niños en San Millán de la Cogolla y prior de la casa de Santa María en Cañas. Fue desterrado por oponerse al intento de apropiación de García, rey de Navarra e hijo de Sancho III el Mayor. Ya en Castilla, el rey Fernando le encomendó revitalizar el arruinado monasterio de San Sebastián de Silos, tarea que llevó a cabo con evidente éxito. Murió el 20 de diciembre del año 1073 y su cuerpo fue enterrado en el ala norte del claustro. Santificado en 1080 fue trasladado a Burgos. Por su milagrosa intercesión fueron liberados numerosos cautivos en tierras de moros que en agradecimiento trajeron sus grilletes al monasterio.
Alfonso VI concedió en 1185 carta puebla al abad de Silos permitiendo la constitución de la Villa de Santo Domingo de Silos ubicada al lado norte del monasterio y circundada por muralla. En 1751 la iglesia románica ya se había derribado para edificar otra neoclásica por el arquitecto Ventura Rodríguez, que la concluyó en 1792. Esta decisión se debió producir en tiempos de abad ilustrado P. Baltasar Díaz. La desamortización de 1835 suspendió la actividad monástica hasta que el 18 de diciembre de 1880 llegó una nueva comunidad de monjes procedentes de la abadía de San Martín de Ligugé, cercana a Poitiers, atraídos por el halo de santidad de Domingo y también por la belleza del claustro que milagrosamente se mantenía intacto. Esta de nuevo pujante abadía de Silos, ha conseguido abrir nuevas casas: San Frutos de Duratón (en el siglo XI), San Martín de Madrid, San Benito de Sevilla, Huete (Cuenca), Sopetrán (Guadalajara), Santa María de Duero (Valladolid), implantándose en México y Argentina y abriendo fundaciones en Madrid, Estíbaliz, Leyre y el Valle de los Caídos.
(Datos estractados de "Real Abadía de Silos". Clemente Serna y Raúl Fernández. Editur 2002)
234
Saliendo del recinto amurallado hacia el sur por el arco de San Juan (Imagen 6) y siguiendo el Vía Crucis, se llega a la ermita del camino de aspecto neorrománico, lugar desde el que las vistas de Silos son magníficas (Imagen de cabecera e imágenes 4 y 5). Entre el monasterio y el arco de san Juan hallamos el mencionado manantial de aguas perennes que alimenta el lavadero y vemos salir del recinto, cabrilleando sus aguas junto al referido arco (Imágenes 6 y 7).
567
En lo personal, tras haber recorrido la obra del maestro de Agüero-San Juan de la Peña, fundamentalmente en la zona de las Cinco Villas y parte de la escultura de Soria, cargada de antecedentes teriomorfos de la misma, necesitaba ya sentir, contemplar, tocar y fotografiar Silos. Porque es esta la otra fuente perenne del influjo escultórico que nos llegó hasta Aragón a caballo de los siglos XII y XIII. Arte Soriano-Silense. Y entendí que la mejor forma de hacerlo era pasando unos días dentro del monasterio, conociendo este importante referente a la vez que sintiendo esa otra faceta del arte que en la mayor parte de los lugares no nos es dado sentir: la vida monástica y su liturgia, inherentes e inseparables de lo artístico si se quieren comprender su función y los motivos que llevaron a desarrollarla.
8910
1111
Admitido y acogido por la comunidad, como huésped disfruté del privilegio de disponer de llave maestra para acceder libremente al claustro, a la iglesia y a las zonas del monasterio no reservadas a la clausura. Las primeras luces del día en el claustro son una delicia. En las sucesivas páginas de este documento comparto con todos vosotros algunas de las muchas imágenes tomadas en estos días de paréntesis en mi rutina diaria.
Disfrutadlas.