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Las esculturas adquieren un trabajo de redondeces en sus formas. Son esculturas de bulto y notablemente más realistas apuntando ya a un momento protogótico en su hechura. Su datación nos lleva hacia el 1200. El arco aparece velado con una cortina que desciende enroscándose en las columnillas. Las vestiduras de los personajes son ricas en pliegues profusamente preparados y ejecutados evocando el estilo de Santiago de Carrión de los Condes.
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Especialmente cuidado resulta el gesto de la mano izquierda de la Virgen al recoger su manto. El detalle y perfección lo alejan ya del primer momento de la escultura de este claustro. También las expresiones de los angelotes, con sus ojos y labios señalados con el trépano (Imágenes 3 a 6). El artista ha sabido continuar la duplicidad de temas ya vistos y nos muestra la Anunciación de San Gabriel, postrado ante la Virgen, a la par que esta es al mismo tiempo coronada por los ángeles.
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Y al lado sur de este machón nos encontramos el poco frecuente tema de la representación en piedra de la genealogía de Cristo: el árbol de Jesé (Imagen 7). Es un relieve mucho más estropeado que el resto de los vistos. Su artífice es distinto al de la Anunciación,. A la vista de los detalles de las cabecitas de los profetas, se halla muy próximo -de no ser el mismo- que esculpe los dos capiteles historiados de la panda oeste.
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De entrada el escultor renuncia a lo hasta ahora visto de definir un marco común para situar su tema, que labra directamente a todo lo amplio del bloque de arenisca. En la zona inferior, acostado, aparece Jesé, origen remoto del linaje de Cristo. De su costado surge un tronco (el "árbol") en cuyo primer nudo, a modo de media mandorla formada por sus ramas se sitúa la Virgen y a ambos lados de la misma, en sendas ramificaciones, a nuestra izquierda David, octavo hijo de Jesé, y a derecha Salomón, sexto hijo de David.
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Por encima de María, en otra media mandorla vegetal, vemos una escena de "Paternitas"; esto es: Dios Padre con Cristo en su regazo y por encima, descendiendo, el Espíritu Santo en forma de paloma (Imagen 9). A los lados de la Paternitas, los cuatro profetas mayores: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel completan este cuadro escultórico.
El tema de la "Paternitas" es infrecuente en el románico. Lo volvemos a hallar en San Nicolás de Tudela, Santo Domingo de la Calzada o Santo Domingo de Soria. Probablemente esta forma trinitaria de mostrar a las tres Personas Divinas tuvieran -al igual que los crismones trinitarios- una motivación de afirmación de la doble naturaleza humana y divina de Cristo puesta en duda por determinadas herejías surgidas en este siglo.