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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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Al acceder al interior, el templo sorprende por dos motivos. En primer lugar por la presencia de abundante pintura en muros y estructuras decorativas, que a pesar de ser tardías, nos remiten a cómo debieron de ser éste y otros templos románicos en su origen, decorados con pintura y sin apenas mostrar sus sillares. Después, la existencia de un transepto de reducidos brazos en forma de capillas laterales con sus absidiolos que no se manifiestan al exterior como justificación para la existencia de crucero y cimborrio sobre él.
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Hay que fijarse en la planta del templo para comprender lo dicho. También para notar que la nave, propiamente dicha, no es sino el reducido tramo a los pies del templo que alberga la portada de acceso y el coro alto. Este tipo de iglesia de tres áreas consecutivas y casi equivalentes: cabecera-crucero-nave, recuerda con fuerza a la forma en que se edificó en 1071 la iglesia de San Pedro en el Castillo de Loarre (Huesca) y que fue modelo para otras en Navarra cuando Sancho Ramírez fuera "Rey de Aragoneses y Pamploneses" y quizá también en Castilla. Toda la estructura gravita alrededor de cuatro pilastras que proporcionan apeo a los cuatro arcos torales: de medio punto el que proporciona acceso a la cabecera, y apuntados los otros tres (Imágenes 2 a 4).
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En la actualidad el crucero se cierra en altura por medio de una bóveda de crucería con sendas nervaduras decoradas con florón central y escudos cerca del mismo que apean en ménsulas situadas en los ángulos del crucero (Imágenes 5 a 7). Estoy convencido de que esta estructura de cubierta en el crucero -evidentemente moderna en su cronología- no fue así en origen y que la torre no fue tal, sino cimborrio probablemente rematado en bóveda de media esfera. El moderno acceso a la torre, adosado al lado sur del brazo del crucero, se edificó cuando este elemento se transformó en torre-campanario. Antes, no era necesario.
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La cabecera del templo consta de cilindro absidal cubierto por cuarto de esfera y precedido por presbiterio que lo hace con medio cañón. Un retablo de aire renacentista oculta la porción central del ábside así como su vano (Imagen 9). No hay señal de los laterales y los vanos presbiterales se hallan parcialmente ocultos por sendos arcosolios modernos con su decoración. A pesar de ello, el del lado norte -ciego- es perfectamente observable (Imagen 11) en toda su belleza, acorde con la decoración vista al exterior para el central del ábside. Una imposta de ajedrezado jaqués recorre cilindro absidal, presbiterio y lado este de las capillas laterales del transepto, a la altura de las impostas de los capiteles del crucero (Imagen 10).
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Los brazos laterales del transepto son en realidad alargadas capillas con su absidiolo excavado en el espesor del muro sin manifestación exterior del mismo. Cuentan con vano derramado al interior y que externamente se manifiesta por una pequeña aspillera, en la actualidad cegada. En el lado sur, centrando el muro lateral hay un vano, éste si, funcional. Cubren ambas capillas por medio de elevada y estrecha bóveda de medio cañón apuntado, cuyo eje es perpendicular al principal del templo (Imágenes 12 a 14).
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La cabecera del absidiolo sur está visible, con su ventanal (Imagen 16). No ocurre lo mismo en el lado norte, donde un retablo colocado ante ella, la oculta (imagen 15).