Navarrete es una pequeña localidad riojana distante apenas once kilómetros de Logroño en dirección suroeste. Su población no llega a los tres mil habitantes. Su ubicación sobre el Camino de Santiago le presta relevancia en el contexto del románico. Al noreste del caserío en dirección a Logroño a unos 600 m se situaba la ermita de San Juan de Acre. Sus ruinas se ubican en una explanada contigua al lado noreste de la bodega "Corral". A finales del siglo XIX y ante su estado de ruina, se demolió y reutilizó en parte en el muro de acceso al cementerio de la localidad. Al parecer su nombre hace referencia a su situación de frontera entre Castilla y Navarra, en su momento. (13 de abril de 2007).

El cementerio se localiza a la salida del pueblo en dirección a Nájera. Justo por delante del miso discurre el Camino de Santiago, por lo que las ruinas aquí trasladadas son contempladas por los abundantes peregrinos. Se trata de la portada de la iglesia y dos vanos ricamente decorados, que adornan el muro de cierre del camposanto, erigido también con sillares procedentes de la mencionada ermita en los que abundan las marcas de cantería.

La portada consta de cinco arquivoltas apuntadas, en degradación. Se decoran con profusión de dientes de sierra, finos baquetones y puntas de diamante. Por fuera, guardapolvo también con decoración de puntas de diamante. El estilo recuerda a las portadas lemosinas del románico tardío, como las vistas en Lérida, Valencia o San Migue de Foces en Huesca.

Los capiteles que decoran la portada se decoran, como corresponde, con motivos vegetales (Imágenes 5 y 6). En el arranque de las arquivoltas, sobre el ábaco corrido, había una serie de figuras esculpidas, que en la actualidad están bastante deterioradas.

En las dovelas clave de cuatro de las arquivoltas hallamos figuras esculpidas: Cristo, Dios Padres, un personaje entre ramas, un ángel y otro bicéfalo tocando trompetas (Imágenes 8 a 12).

Sobre la portada hay un óculo decorado con seis semicírculos secantes de traza continua. Y por encima del mismo, sobre el vértice, se colocó un capitel decorado que sirve de peana a la cruz del cementerio. El capitel muestra una lucha de caballeros. En el frontal (Imagen 15) se aprecia el momento en que el caballero de nuestra derecha alancea en el ombligo a uno de los situados a nuestra izquierda, por lo que se ha interpretado -por evidente similitud con el existente en en Palacio de los Reyes de Estella- como el singular combate entre Carlomagno y Ferragut.