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La decoración de las arquivoltas
es muy abundante . Encontramos motivos a base de palmetas y flores así
como sucesión de pequeños rombos calados en el baquetón
o pequeños zig-zags apenas perceptibles.
Pero la arquivolta mejor decorada es
la exterior. Comienza a cada extremo con dos cabezas monstruosas sobre
los ábacos de los capiteles exteriores. Luego van once figuras
de bulto, sentadas sobre un baquetón que hace las veces de almohadilla
corrida. Son figuras grotescas en ocasiones y en otras procaces cuyo estilo
recuerda a lo visto en Morlaas o en Olorón, origen de la escultura
cincovillesa de Santa María de Uncastillo con la que guardan estrecha
relación.
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Las imágenes 1
y 2 muestran a dos seres deformes. El primero con expresión
de oligofrenia y la lengua afuera. El segundo, jorobado y asimismo de
rasgos poco inteligentes.
Luego la pareja formada
por las imágenes 3 y 4 muestran a un hombre en
actitud masturbatoria con los genitales desaparecidos por la habitual
"censura lapidatoria" que mira a una mujer que a su vez lo observa.
La imagen 5
corresponde a un personaje en actitud pensativa. Luego la imagen 6 a otro,
displicente, con las piernas cruzadas y unos desproporcionados testículos
y pene, que esta vez han escapado a la censura. A continuación
un músico hace sonar su deteriorada fídula de arco (Imagen
7)
De nuevo otra pareja,
extraña: un clérigo con aparente tonsura y descalzo (es
el único que no lleva calzado) con un libro en su diestra, mira
a una mujer que a su vez está atenta a él, con los brazos
en jarras (Imágenes 8 y 9).
La imagen 10
es de un personaje que pensativo se mesa la barba. Y por fin la imagen
11, más deteriorada muestra a un personaje con una especie
de alargada almohadilla sobre sus rodillas. Creo que este último
personaje es de gran importancia en su labra, puesto que si esa almohadilla
que porta la llevasen todos los que aparecen en la arquivolta, estaríamos
de hecho ante el modo de hacer del maestro que esculpe la portada de Santa
María de Uncastillo, colocando a los personajes tras un baquetón.
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Sustentan el tímpano
dos mochetas muy poco sobresalientes (debe de ser otro tímpano
enjarjado) que llevan seres monstruosos esculpidos (Imágenes
12 y 13).
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El interior del templo
es desconcertante, puesto que aparentemente hay dos naves paralelas rematadas
en sendos ábsides. Tan solo la meridional es de origen románico
(Imágenes 16 y 19). La septentrional es añadida.
Se abrieron vanos apuntados y doblados en el muro que las separa y en
el que en altura vemos los vanos que en su momento debieron de abrir al
exterior, antes de la adición de esta nave (Imagen 18).
El ábside original
aparenta mayor antigüedad en su arranque, mientras que en altura
lo apuntado de sus arcos y bóveda y su hechura, nos lleva ya a
un momento protogótico.
Algunas de las marcas
de cantería que he localizado, las muestro en la imagen
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