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A poniente del templo se alza un monumental
bloque flanqueado por sendas torres cuadradas que delimitan un porche
abovedado tras el que hallamos la espectacular portada oeste de la iglesia
(Imagen 1). La torre norte fue recrecida con funciones
de campanario en pleno siglo XIV (Imagen 2). La fábrica de esta portada occidental
se realiza en un momento tardío de la edificación del
templo. Su lenguaje es ya protogótico y probablemente sirvió
de inspiración al taller que levantó en Santiago de Compostela
el singular Pórtico de la Gloria.
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Es más que probable que en el
proyecto inicial del templo la fachada occidental y su portada fuesen
concebidos con otro lenguaje más al uso en el momento románico
en que se inicia el templo (1130). Parte de la decoración escultórica
que debió de adornar esta primitiva fachada oeste quedó
sin posibilidad de ser utilizada aquí y este puede ser el motivo
de su reutilización en la portada sur. De nuevo surge el paralelismo
con Santiago de Compostela y el "collage" que en definitiva
vemos en la portada de Platerías a costa de materiales de la
desaparecida fachada occidental.
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La portada occidental posee cinco arquivoltas
decoradas con arquillos ciegos con bezantes, elementos vegetales y florones
y en la más interna, una colección de seres monstruosos
enredados en una maraña puntillista decorada con bezantes, un
poco al modo de lo visto en la Seo Vieja de Lérida. En ambos laterales hallamos un apostolario
(hay 10 apóstoles) y Cristo en majestad situado en el parteluz
de la portada. Sobre ellos, capiteles y bajo ellos, otras tantas columnas
con sus capiteles decorados con motivos vegetales. El acceso es doble, articulado por
medio de un parteluz y sobre cada uno de los vanos hay un timpanillo
historiado. El estilo evoca modelos franceses y a su vez, es precursor
como ya indicaba de lo que se hará en Santiago.
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En las mochetas laterales encontramos
sendos leones mirando hacia el exterior. El situado a nuestra izquierda
está devorando por la cabeza a un personaje a la vez que con
sus garras lo eviscera (Imagen 10). Sobre la imagen
de Cristo, en el centro, motivos vegetales y dos cabezas de bóvido
(Imagen 11).
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Los timpanillos muestran escenas de
la parábola del rico Epulón y del pobre Lázaro.
En el del nuestra izquierda se narra la escena de Epulón en un
banquete y Lázaro fuera con dos perros lamiendo sus piernas (Imagen
14). En el de la derecha, partido en dos escenas vemos la muerte
de Epulón y cómo sobre él, su alma es tomada por demonios.
A la izquierda, la muerte de Lázaro y su alma llevada al cielo
por ángeles (Imagen 15).
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