1
La villa de Turégano
es un lugar excepcional dentro del panorama del arte medieval.
Su afamado castillo domina el caserío a la par que esconde un singular
templo románico dedicado a san Miguel, como suele ser la norma
en las iglesias o capillas situadas en altura. Si no se sabe que hay
una iglesia en su interior, es difícil imaginarlo porque no hablo
de una capilla castrense al uso, habilitada en un pequeño lugar
del castillo, sino que se trata de una gran iglesia románica de
planta basilical con tres magníficas naves rematadas en sendos
ábsides orientador al este (27 de febrero de 2011).
23
Tan solo la monumental
espadaña alzada en el siglo XVIII sobre los dos torreones que flanquean
la entrada sur al templo permite intuir su presencia (Imagen 7).
Realmente la iglesia se edificó al modo tradicional de finales
del siglo XII o inicios del XIII y sería con posterioridad cuando este
gran templo se "forró" con el añadido de torreones,
lienzos de muralla, matacanes y salas en altura ocultando al exterior
los signos de su existencia tras una alta cerca perimetral cuadrangular
con cubos en sus esquinas (Imagen 11).
45
67
Quedan restos de cubos
de una segunda muralla de la que han desaparecido sus lienzos, testificando
la antigua existencia de la zona fortificada en la que se edificó
el templo de San Miguel para después ser integrado en el corazón
de la fortaleza (Imagen 5). La fachada sur del templo
se halla revestida tras los muros mostrados en las imágenes
8 y 9. Pueden
apreciarse algunos vanos románicos y la portada original decorada
con motivos geométricos en sus dovelas (Imágenes
13 y 14). Las cabeceras absidales se ocultan tras los torreones
orientales de la imagen 10.
89 10
Una imagen aérea
obtenida del Sig-Pac, nos da una clara idea de conjunto de la fortaleza:
11
12131415
Traspasada la portada
de medio punto dovelada y decorada con lacería, nos sorprende la
majestuosidad del interior de la inesperada iglesia. Tres naves paralelas
rematadas en sus ábsides e intercomunicadas entre si por medio
de arcos formeros apuntados y doblados nos llevan a un momento de transición
entre los siglos XII y XIII. La nave central es de
mayor altura y amplitud que las laterales y está segmentada en
cuatro tramos delimitados por arcos fajones apuntados y doblados que apean
en pilastras adosadas al muro y semicolumnas por delante de las mismas.
En altura, estas concluyen en capiteles con decoración escultórica.
Las bóvedas apuntadas son de buena factura y abundan las marcas
de cantería.
1617
1819
Por delante de la cabecera
de la nave central, la bóveda se cubre mediante crucería
añadida con posterioridad a la edificación del templo.
2021
2223
Las naves laterales son
bastante más angostas que la central y en ellas los fajones apean
en semicolumnas directamente adosadas al muro. También poseen capiteles
con decoración escultórica.
2425
2627
En la zona anterior del
templo los vanos correspondientes al primer tramo se cegaron, probablemente
con la idea de reforzar esos muros que habían de soportar el empuje
de las salas edificadas sobre ellos. A pesar de ello, en algunos lugares
se advierte que las semicolumnas están cediendo a los empuje verticales
y sus piezas se están literalmente "reventando", como
se puede advertir en la cabecera de la nave sur.
2829