Pero por
lo que es conocida y realmente es lo espectacular de esta iglesia, es
su portada norte. La encontramos "enjaulada" como animal de
feria. Una techumbre transparente con entramado metálico la previene
de las inclemencias atmosféricas y un enrejado externo, del vandalismo
moderno, plaga que tiene visos de pandemia. Incómodo pero útil
y desgraciadamente necesario.
Aparte
de la belleza estética de todas y cada uno de sus motivos escultóricos,
la decoración de los machones que la flanquean es excepcional,
tanto por que no es habitual en estos cuerpos adelantados que contienen
portadas como por la calidad de sus motivos. Y para
colmo de exquisitez, unas hornacinas sustentadas por columnas-estatua son parte
de esta decoración. El planteamiento
escultórico flanqueando la portada a base de placas de gran tamaño
esculpidas, recuerda el estilo de lo visto en Moissac con la salvedad
de que al no haber soportal, la decoración de los laterales pasa
aquí a los machones frontales; pero el planteamiento es similar
incluso en los arquillos que cobijan esculturas.