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zonas del templo |
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Al interior,
el templo de Santa María la Real es una proporcionada mezcla de
estilos que en absoluto resulta estridente. Antes bien, proporciona un
ambiente de unidad estructural y sosiego ambiental, a lo que contribuye
incluso el suelo de entarimado. Templo
de tres naves rematado en sendos ábsides (ver planta) del que corresponden
a la época edificativa original su cabecera y parte del arranque
de los muros laterales. Cuatro
recios pilares cruciformes con semicolumnas adosadas al exterior y pequeñas
columnas en sus ángulos cóncavos centran la nave y la estructuran
en transepto y dos tramos. A su costado norte se añadieron dependencias
que al este ocultan parcialmente el cilindro absidal de ese lado.
La cabecera se organiza
a base de tres ábsides, de mayor diámetro y más adelantado
el central que dispone de tres ventanales de doble derrama, mientras que
los laterales solo poseen uno central. No se puede contemplar
el cilindro absidal central por hallarse oculto tras el retablo plateresco
de principios del XVI, de ejecución efectuada por artistas locales
y presidido por la Virgen de Rocamador, Por delante del mismo, el presbiterio
se delimita por dos fajones apuntados apeados por medio de capiteles en
pilastra y semicolumna adosados respectivamente. En sus laterales ventanal
y por encima óculo cegados .
Por delante
del mismo, se alza la bella cúpula-linterna al interior de la tardía
torre, que se erige sobre trompas proporcionando una agradable iluminación
al interior. Los ábsides
laterales se componen de cilindro absidal cubierto por cuarto de esfera.
Se prolongan insensiblemente a poniente por un tramo recto cubierto de
medio cañón y acaban en un fajón apuntado que lo
sustenta a modo de arco triunfal. Entre dos impostas de ajedrezado jaqués
se decoran por medio de arquería ciega -a excepción del
arco central que enmarca la respectiva ventana- a base de tres arcos de
igual tamaño en el lado norte y cinco en
el lado sur, de mayor tamaño los exteriores y central y pequeños
y peraltados los intermedios, al estilo de lo visto en Santa María de Uncastillo
o San Esteban en Sos del Rey Católico
.
En el muro norte del
transepto se da la curiosa circunstancia de la conjunción de dos
estilos: el arco de medio punto de lo que fue un ventanal al exterior
(y ahora ha quedado sin función y al interior) cabalga sobre el
apuntado que da paso a la capilla añadida .
Las bóvedas del templo cubren la con bóvedas de crucería
reforzadas con nervaduras, como corresponde a un momento tardío,
ya en cronología de gótico.