UJUÉ- ROMANICO EN NAVARRA-A.Garcia Omedes

Ujué es una de las localidades que más fidedignamente conserva su aspecto medieval de entre las que he visitado. Está situada al este de Tafalla en la sierra de San Pedro y se estratifica en el cerro de la Guerinda. La zona más elevada, como era de esperar, la ocupa su iglesia fortificada y en torno a la misma el caserío se dispone en forma concéntrica. Lugar documentado desde antiguo. Se cree que ya en los siglos VIII o IX estableció Iñigo Arista fortificación frente al enemigo islámico. El templo dedicado a santa María se halla documentalmente acreditada desde el X. El templo románico que se edificó en los S XI a XII se erigió sobre otro anterior prerrománico. Fue el monarca Sancho Ramírez "Rey de Aragoneses y Pamploneses" quien ordenó su edificación. En 1089 se documenta donación del monarca para su edificación. Al igual que hizo con su capital del reino, Jaca, dotó a Ujué de Fueros. (25 de agosto de 2004).

En época posterior, durante el reinado de Carlos II "El Malo" (1349 - 1387) de la casa de Evreux, se demolieron buena parte de las naves del templo para edificar un amplio salón gótico tras las cabeceras y primer tramo del templo románico. Esta remodelación le aporta un notable paralelismo al interior con el templo de Leyre. A la vez, Carlos II ordenó la edificación de un camino de ronda entorno al templo, tomando forma de galería perimetral (Imagen 4) o deambulatorio (Imagen 7) según la zona por la que se transite. Fue un templo fortificado en zona fronteriza del reino, por el que el monarca tuvo predilección al igual que por su titular, la Virgen de Ujué. Tal es así que su corazón preservado en un arqueta reposa en la cabecera del templo.

Del primitivo templo de Sancho Ramírez restan las cabeceras y primer tramo de sus naves, así como el arranque de la torre adosada a su muro sur. La estructura original del mismo fue de una iglesia de planta basilical a base de tres naves rematada en sendos ábsides orientados. Probablemente tuvo cuatro tramos, de los cuales solo se conserva el primero de ellos. Los restantes se suplieron por otros tantos, siendo el posterior destinado a coro.

Rodeando el templo desde su portada sur hacia poniente y por medio de una galería de espectaculares vistas se alcanza la cabecera resguardada tras una edificación que la oculta al exterior. Un angosto camino de ronda permite circundarla y contemplarla. Su angostura impide por completo la toma de imágenes que no sean de contrapicado.

Los cilindros absidales son de claro estilo jaqués. Se organizan en tres lienzos a base de dos contrafuertes de sección cuadrada que alcanzan la cornisa. Se decora ésta con ajedrezado jaqués y posee canecillos lisos. Otra línea de imposta de ajedrezado corre bajo el nivel de los ventanales, saltando por encima de los contrafuertes a los que decora. Los ventanales son rehundidos, con una arquivolta de medio punto decorada con baquetón apeado en capiteles con sus columnillas y basas. Por fuera hay una moldura de ajedrezado a modo de guardapolvo.


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