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Hay en el cilindro
absidal central dos capiteles esculpidos. Coronan las semicolumnas acodilladas
que articulan ábside y presbiterio central, así como los
ábsides secundarios con aquél. El correspondiente al lado
sur, es magnífico (Imagen 7). Muestra
a un caballero lanza en ristre en una cara de la cesta y en la otra,
como perseguido, un centauro sagitario con su flecha presta a ser lanzada
y la grupa de un tercer caballo sin continuidad. Talla delicada y rica
en detalles: bridas caladas, espuelas, cara y cabellos meticulosos,
vegetación que rodea a las figuras... todo ello perfectamente
conservado.
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El segundo de los capiteles
muestra motivos más "císter". Grandes hojas planas,
acabadas en pequeña piña (Imagen 8).
Es destacable el cuidado y precisión con que se articulan el
ábaco de este capitel y las cornisas de presbiterio y ábside. Las decoraciones de
la parte alta de los ábsides norte y central muestran sus diferentes
momentos: más antiguo en el ábside norte, con su decoración
de arquillos secantes y canecillos de rollos -ambos de gusto mozárabe-
y más moderno, del estilo 1200 el central, con su exquisita escultura
al modo Fuentidueña
- Biota.
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Y en lo alto, difíciles
de apreciar, los autorretratos de los dos canteros que lo hicieron posible
y que nos permiten soñar. Dos maestros para un taller itinerante
que deja obra en lo más granado de los lugares románicos
de ese momento. Desde Fuentidueña, como ya he apuntado, hasta
Biota, pasando o volviendo a Santo Domingo de la Calzada, Tudela, Cinco
Villas, Huesca y Zaragoza. El viejo maestro de
la imagen 11 se repite en la portada sur de San Miguel de Biota con detalles de gran semejanza
entre ambos.
Un segundo maestro,
de rasgos más juveniles es el mostrado en la imagen 12.
Su hacha está deteriorada pero se advierte bien su forma. Completan
la decoración de esta zona dos "compañeros constructores"
mostrados como verdaderos "canecillos", un cervatillo y la
Dextera Domini bendiciendo (Imagen 13).
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