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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-RENEDO DE LA VEGA. SANTA MARÍA DE LA VEGA- |
UTM 30T 361720 4698758 864 m. |
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Los restos del monasterio cisterciense de Santa María de la Vega se hallan en el término municipal de Renedo de la Vega. Para llegar a ellos, partiendo de Carrión de los Condes hay que ir en dirección noroeste hacia Saldaña remontando el curso del río Carrión por su margen derecha. A cosa de un par de kilómetros antes de llegar a Renedo, a nuestra derecha hacia el río es fácil localizar visualmente los restos del monasterio a escasos doscientos metros de la carretera. Es en la actualidad parte de una propiedad privada, Hablé con los propietarios para visitar el lugar y tomar imágenes y no solo no me pusieron ninguna traba, sino que me acompañaron hasta el centro de un campo de alfalces lugar desde el cual tienen la experiencia de que se pueden hacer las mejores tomas fotográficas de su cabecera (Imagen 1) (3 de agosto de 2004).
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Fue fundado en 1215 por Rodrigo Rodríguez Giron y su mujer Inés Pérez y es uno de los escasas muestras palentinas de lo que José Jiménez Lozano en su "Guía Espiritual de Castilla" denominó acertadamente "El Románico de Ladrillo". No muy distante de este lugar, ya cerca de Carrión, Población de Soto muestra en su parroquial otro ejemplo (mucho más modesto) de esta forma de románico. Debió de recibir influencias directas de el que estamos viendo.
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Edificado en ladrillo, revela la presencia en la zona de una población mudéjar, a la par que la escasez de recursos para erigir el templo en piedra sillar, forma habitual de edificar los monjes del Cister. Fue templo de tres naves rematadas en triple cabecera absidal. Hoy quedan en pie el ábside central (el que se muestra en las imágenes), el del lado norte, oculto por completo por la vegetación y una pequeña parte del arranque de el ábside que tuvo en el lado sur (Ver planta). Al exterior se decora el ábside central (el visible) con una serie de elementos de influencia islámica. Repite en la cabecera la forma de un vano de doble arquivolta con imposta muy marcada que le confiere aspecto de falsa herradura y todo ello rehundido en un alfiz (al estilo de lo visto en San Pedro de Lárrede en Huesca). Tres bandas superpuestas de estos falsos ventanales decoran el cilindro absidal. La banda superior es de un tono mas oscuro. Esta y la intermedia lucen un pequeño friso de esquinillas sobre cada uno de los vanos rehundidos (Imagen 4). Tres ventanales derramados al interior abren a través de otros tantos vanos verdaderos intercalados con los falsos. En la imagen 3, vemos semiabierto el del lado sur del cilindro absidal, y con interposición de otro ciego, el inicio del central, cegado. Se cuentan en número de 11 el las hileras inferior y media, y 13 en la superior.
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Lo que fuera nave del templo es hoy corral de ovejas. Encerradas las más de ellas y a su aire tres que, con aspecto de poca salud, seguían entre sorprendidas e inquietas mi incursión fotográfica. Al interior la bóveda absidal es apuntada y se refuerza con cuatro nervaduras dobladas que arrancan de unas a modo de ménsulas escalonadas iniciadas hacia la mitad de la altura de los ventanales (Imágenes 7, 8 y 9) y convergen con el arco triunfal que cubre la clave. Por delante hay una bóveda de medio cañón apuntado con dos contrafuertes de la misma hechura apeados en pilastras con sus impostas.
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Hay en el cilindro absidal cinco huecos pos debajo de la imposta. Los tres centrales son ventanales verdaderos, que se cegaron con posterioridad, y los dos laterales, así como los que hay entre cada dos pilastras, repiten la hechura de los dobles arcos decorativos rehundidos vistos al exterior. Poseen friso de esquinillas por encima, al igual que lo hay bajo la línea de imposta. Tuvo esta cabecera comunicación transversal entre el ábside central y el desaparecido norte por medio de un vano de doble arquivolta (aquí sin friso de esquinillas), otra vez de la misma hechura que todos los vistos en lo que queda del templo (Imagen 11).
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En el templo se hallaban (según relata Cayetano Enríquez de Salamanca, citando a Rafael Navarro en el Catálogo Monumental de Palencia) los sepulcros del fundador y sus descendientes con bellas estatuas de la mejor escultura de la Edad Media. Quienes en 1835 adquirieron el monasterio se apresuraron a venderlas. Hoy se conservan alguna de ellas como joyas del arte medieval español en el Museo Hispánico de Nueva York. Se trata pues de una edificación excepcional, de grandes pretensiones y quizás pocos medios, tan venida a menos que salvo derrumbe, es casi imposible que pueda degradarse más.