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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-TORREMORMOJÓN. IGLESIA DE SANTA MARÍA DEL CASTILLO- |
UTM 30T 352732 4646992 784 m. |
Torremormojón se halla en el ángulo suroeste de la provincia de Palencia ya en plena Tierra de Campos. Apenas seis kilómetros separan este lugar de Ampudia, que se sitúa más al sur. Tierra llana. Castilla que se desdibuja en el horizonte. Campos recién cosechados en el verano de la meseta. Redondos palomares y pequeños pueblos salpicados aquí y allá aprovechando las mínimas elevaciones naturales. Y de entre sus pequeñas edificaciones sobresalen torres o espadañas señalando lugar sagrado o aprovechando su altura para compaginar funciones de defensa y campanario (10 de agosto de 2004).
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Torremormojón es uno de esos lugares de Tierra de Campos. Mucho antes de llegar, su torre además de dar nombre al lugar lo sitúa en el horizonte. El templo fue en origen románico; pero hoy solo queda del mismo su magnífico campanario (Imagen 1). La iglesia fue sustituida por el templo gótico que hoy vemos. A sus pies subsiste la torre. Consta de seis cuerpos de los cuales los tres inferiores solo poseen ventanales aspillerados (Para iluminar la escalera probablemente), mientras que los superiores lucen vanos de campana. Cada uno de ellos se delimita del siguiente por medio de imposta biselada. En los tres últimos cuerpos además de las impostas que delimitan cuerpos, hay otras continuando las de los vanos de campanas. Todas ellas aportan una agradable y sencilla decoración a base de líneas y sombras (Imagen 2).
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Las imágenes de aproximación nos revelan que la decoración de la torre es figurada. Las columnillas que se advierten en sus esquinas se labraron en el borde libre de los sillares del chaflán. También basas y capiteles. El medio punto de los ventanales se adorna con moldura de baquetón labrada en las dovelas que continúa de la misma hechura bajo las impostas por las jambas (Imagen 7). Otra característica es el aumento del número de vanos a medida que se asciende. Tres por lienzo en el superior, dos en el inferior y tan solo uno sólo en el primero de ellos. Aligeran de peso la estructura a la vez que le aportan un elegante ritmo (Imagen 6). Bajo el alero, canecillos simples sustentan el alero.
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