12

El templo es de nave única y transepto al que abren sus dos ábsides visibles al exterior. La cabecera del templo es la que conserva parte de lo original del mismo, en concretos los ábsides central y norte. El ábside central, de mayor tamaño y altura, se alza sobre un basamento en el que apean pilastras decoradas a partir de media altura con falsas columnillas labradas en las esquinas. Son visibles cuatro de las seis que debió de tener en origen. Alcanzan una moldura perimetral con sencilla decoración a base de dos acanaladuras para a partir de ella, continuarse con cuatro cortas columnillas con sus basas y capiteles en los que apean algunos de los arquillos ciegos existentes bajo la cornisa.

En cada uno de los cuatro lienzos generados por las pilastras-falsas lesenas, hallamos un ventanal de medio punto dovelado, rehundido y decorado con tres arquivoltas abocinadas que lucen en su ángulo libre decoración de baquetón al modo de lo ya visto. Por fuera de las dos más exteriores hay decoración de zigzag pequeños semicírculos, respectivamente (Imágenes 3 y 4). Los arquillos ciegos en que apea la cornisa siguen un ritmo de 3-4-4-3 en lo visto, si bien en origen debió de ser 3-4-4-4-3. Apean, además de en las columnillas ya nombradas, en sucesivas ménsulas que en su mayor parte son de perfil de nacela y sin decoración. No obstante hay al menos tres con motivos escultóricos sencillos y se puede apreciar, la cabeza de un cerdo, una estrella de seis puntas decorando una especie de escudo y otra cabeza, parece que de león ? (Imagen 6).

34

56

El ábside septentrional es, de los dos visibles, el que tiene más trazas en sus hechuras para evocar lo lombardo, en especial por la articulación de su cilindro con el presbiterio, mediante lesena marginal (Imagen 7) ya que en el resto del cilindro no hallamos lesenas sino semicolumnas adosadas que arrancan desde basas sobre basamento corrido y rematan en capiteles que dan soporte a algunos de los arquillos mientras que el resto de los mismos, apean en ménsulas de sencilla decoración vegetal, geométrica o de bezantes. Hay tres semicolumnas vistas y el ritmo de los arquillos es de 1-2-2-2, enmarcando uno de ellos de forma descentrada el ventanal aspillerado que centra el ábside (Imagen 8). Y por encima, una serie de canecillos en su mayor parte sencillos, sustentan la cornisa. Hay alguno labrado, distinguiéndose una piña o una cabeza de conejo.

78

Al resto del templo, de hechuras modernas, se le ha dado un estilo acorde con el modelo lombardo que se presupuso para su cabecera y hallamos decoración de arquillos ciegos hechos con ladrillo en todo su perímetro superior en un estilo neolombardo (Imágenes 9 a 11).