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Las pinturas
que decoran las bóvedas de esta estancia se realizaron al temple
sobre una base de estuco blanco. Se emplearon colores ocre, rojo, amarillo
y gris en diversos matices. Estos tonos, así como los letreros
explicativos realizados en negro destacan con fuerza sobre el fondo blanco
de base. Además, su grado de conservación es excepcional
para una obra de su cronología (Se acepta que se realizaron hacia
1170).
En el intrados de uno de
los arcos, en altura, aparece la mano de Dios (Imagen 1) identificada con rótulo:
DEXTERA DEI. Hacia ella se orientan y señalas las figuras de dos
profetas: Elías y Enoc (Imágenes 2 y 3), identificados por
sus rótulos. En otro espacio, dos arcángeles sustentan en
mandorla al Espíritu Santo en forma de paloma orlada de nimbo (el
de la imagen 4 se identifica
como San Gabriel).
La Última Cena también dispone
de su espacio en una de las bóvedas (Imagen
7). En lugar preferente bajo un arco a modo de
ábside se halla Cristo con san Pedro a su derecha y san Juan en su
regazo. Al otro lado, Judas roba el pez, símbolo de Cristo, mientras
recibe de Él un fragmento de alimento, señalándolo.
El resto de los apóstoles se disponen a ambos lados y en los ángulos
de la escena. También se representa el gallo que proclamó las negaciones
de san Pedro (Imágenes 5 y 6).
El detalle y virtuosismo
con que están representados algunos de los personajes de la escena
es asombroso. Como ejemplo el apóstol de las imágenes
11 y 12. Su expresividad es magnífica
así como el cuidado en el detalle de su ejecución. Solo
hay que ver cómo toma la jarra con la que sirve vino.