San Juan
de Duero en la ciudad de Soria es otro de los lugares que "necesitaba ver"
a través de mis seis sentidos (los cinco naturales, mas el añadido
a través del visor de mi réflex). Las imágenes vistas
en papel y a través de internet me gritaban que es un lugar especial.
Esa mezcla
aparentemente sin sentido de formas e ideas plasmadas en la manera de
volar los arcos en el maravilloso claustro hay que verla, sentirla, tocarla,
escucharla, saborearla y guardar su magia en imágenes para compartir
con quienes sepan apreciar su verdadera dimensión.
No puedo
en este punto sino recordar las precisas palabras de Aurelio Bierge, en
su delicioso prólogo a la guía de viaje sobre Ordesa, de
1955 :"...Porque
detrás de cualquier río, moran las hadas y en el locutorio
del pinar hacen sus confidencias los gnomos y silvanos, ninfas, duendes,
silfos, mauros, arpías, trasgos, pigmeos, salamandras, ondinas
y larvas, están allí fluctuando en las fronteras de lo
imponderable y será viaje perdido si alguna vez, siquiera sea
un instante, no percibes, más allá de tu sudor y de tu esfuerzo,
sus erráticas presencias y sus sutiles vibraciones..." (24 de agosto de 2005 y 11 de agosto de 2008)