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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-UCERO. ERMITA DE SAN BARTOLOMÉ- |
UTM 30T 499326 4622222 960 m |
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La ermita de San Bartolomé de Ucero, situada a orillas del río Lobos, es una deliciosa edificación tardorrománica tanto por su propia hechura como por el maravilloso paisaje en que está situada sin necesidad de tener que recurrir a motivaciones esotéricas ni a historias de templarios, aunque es innegable que esas motivaciones ejercen una fuerte atracción sobre un determinado sector de la población. Jaime Nuño, en su artículo dedicado a la ermita en el volumen correspondiente de la Enciclopedia del Románico, señala hacia una errónea identificación de este templo, sobre el que no existe documentación que lo pueda situar en este enclave, con la ermita templaria de San Juan de Otero que si está documentada y situada en el cerro de San Juan de la localidad soriana de Matute de la Sierra.
La localidad de Ucero constituye el acceso al cañón del Río Lobos y ambos se sitúan a unos quince kilómetros al norte de Burgo de Osma. Desde el espacio de aparcamiento, un agradable y fácil paseo de poco más de un kilómetro llaneando nos conduce hasta un meandro del río donde asienta sobre roca firme la ermita. El paisaje kárstico que nos acompaña en el trayecto así como el que sirve de telón de fondo al templo, es magnífico. Sus colores cambiantes, sus grutas y oquedades y el vuelo de los buitres lo convierten per se en un lugar mágico sin necesidad de más inventivas. Las imágenes 2 y 3 corresponden al acceso al lugar donde asienta el templo mientras que la imagen 4 está tomada desde el interior de una gran gruta kárstica situada muy próxima al mismo. (12 de julio de 2016).
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El templo puede situarse dentro del primer tercio del siglo XIII. Es una edificación tardorrománica en la que conviven los planteamientos del románico con el modo de hacer del císter y soluciones precursoras de un inminente gótico. La iglesia tiene una sola nave con su eje mayor desviado alrededor de 23 grados hacia el norte. Mide 30 metros de larga por once de ancha al exterior y veintiún metros de amplitud en la zona de las capillas laterales. La construcción se hizo a base de sillares de piedra caliza muy bien escuadrados y ajustados en los que abundan las marcas de cantería. El conjunto de la obra transmite una sensación de coherencia y de sencillez de líneas que señalan hacia modelos cistercienses. La nave está segmentada en tres tramos y cabecera con presbiterio que no se señala al exterior y cilindro absidal semicircular en planta, aunque por encima de las línea de imposta se resuelve a modo de polígono de tres lados para realizar una cubierta decididamente gótica. Al primer tramo de la nace abren sendas capillas laterales que le aportan en planta forma de cruz latina. La portada principal abre enmarcada entre dos contrafuertes en el segundo tramo de la nave a continuación de la capilla meridional. Hay otras dos portadas que en la actualidad está cegadas, una en el hastial de poniente como acceso directo al coro que hubo en su momento y otra en el muro norte hacia la mitad del tramo de los pies. Ambas son de medio punto y de sencilla hechura.
El cilindro absidal está segmentado en tres lienzos a base de cuatro pilastras que realzan su verticalidad alcanzando la cornisa. En cada uno de los lienzos abre a media altura un vano de medio punto rehundido y aspillerado perfilado en su extrados por medio de un guardapolvo decorado con puntas de diamante que apea en sendas cabecitas humanas o de fieras. El hastial de poniente presenta un alargado vano de amplia aspillera, derramado al exterior y decorado por chambrana lisa, al igual que la portada de acceso al coro situada a nuestra derecha. Llama la atención la resolución en altura de este hastial como si faltase su porción superior formando el piñón de remate o acaso un muro-campanario. En la porción superior del hastial de ambas capillas laterales abren sendos óculos abocinados circundados por una orla sobresaliente decorada con puntas de diamante y bezantes y una deliciosa celosía contínua calada formando la figura de cinco estilizados corazones entrelazados así como un pentalfa invertido y un pentágono central. La línea contínua que la compone posee una acanaladura central decorada con sucesión de pequeños bezantes formando una delicada obra de filigrana escultórica. Tanto la cornisa general del templo como las de las naves añadidas y la del tejaroz de la portada están sustentadas por una sucesión de canecillos que en el lado meridional y en el ábside presentan motivos escultóricos.
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La portada del templo se compone de seis arquivoltas apuntadas y abocinadas apeadas en tres parejas de columnillas acodilladas faltando las dos columnas más occidentales. La decoración que muestran consta de una alternancia entre baquetones y puntas de diamante que se continúan en el ángulo libre de las pilastras. Enmarcándola hay un guardapolvo decorado con elaborados motivos vegetales en clara clave gótica.
Llama la atención la no existencia de una bancada perimetral en la base del templo que parece surgir directamente del estrato rocoso en que asienta, bancada que tampoco existe al interior, siendo variable la altura del apeo de las diferentes semicolumnas adosadas. Posiblemente ello sea achacable a la inclinación del terreno en que asienta el templo. Por ese mismo motivo es tan estilizada su cabecera en cuya base hubo de añadir un elevado basamento para alcanzar la horizontal del piso de la nave. Otra característica que destaca es la continuidad en horizontal de la cubierta de la nave sin que en ella se destaquen los volúmenes correspondientes al cilindro absidal o al presbiterio.
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