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La decoración interior del templo es muy austera, como ya se ha dicho. Donde más se nota el estilo de hacer del primer equipo que edificó la cabecera es en los cuatro grandes capiteles triples que dejaron labrados para soportar los apeos de dos tramos de bóveda de crucería que no llegaron a edificarse. Incluso uno de ellos (imagen 6), el más cercano a la puerta, se colocó en su lugar sin haber sido más que desbastado esperando que un habilidoso manejo del trépano y el cincel le aportaran la puntillista belleza que podemos apreciar en los otros tres.

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Uno de ellos, el situado en el lado sur junto a la cabecera (imágenes 1 y 5) es el que en algún lugar he leído que se define como "del hombre verde" por la carita que en lo alto parece asomar por entre tanta decoración vegetal.

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En este capitel, al igual que el los que se concluyeron, la labor meticulosa y puntillista de su calado evoca más la eboraria que el trabajo de la arenisca (Imágenes 3 y 4). Se ha relacionado el estilo del capitel del "hombre verde" con el existente en el pilar occidental de la cripta de Santiago de Compostela, obra que se inició en 1168 y en la que es probable que trabajase el mismo escultor que en este templo (Agustín Gómez Gómez)

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La imposta que recorre el templo, salvo el muro de cierre, apea en pequeñas mensulillas. En la cabecera son decoradas con variados motivos. Las imágenes 9 a 11 muestran algunos de los mismos, que por su altura y reducido tamaño no son fáciles de advertir sin teleobjetivo.

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