A continuación vamos a ver algunos detalles de las pilastras decoradas en torno al altar mayor. El artista utilizó lo que debería de haber sido la semicolumna central del polo interior de cada pilastra. Aquella que se eleva hasta dar apeo a las nervaduras de la bóveda; pues las laterales, quedan más bajas en altura, apeando los capiteles y arcos sobre las pilastras. La forma de trabajar fue como si se hubiera rebajado la cara convexa de esa columna y sobre su superficie se hubiera levado a cabo la escultura. Magnífico e innovador. Por si solo este detalle escultórico da personalidad a este templo. Por otra parte, la existencia durante tanto tiempo del retablo de Damián Forment por delante de las mismas les ha servido de protección, si bien hubieron de pagar por la misma ya que las zonas sobresalientes que estorbaban para adaptar el retablo al espacio del altar mayor, sucumbieron a la piqueta de los operarios de hacia 1540. Desde un principio el altar mayor se encargó a la advocación de la Santísima Trinidad. Y es este el mensaje fundamental de la iconografía de las pilastras, en especial de la más importante que es la número 5.
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Las pilastras 2 y 4 lucen cuidada decoración a base de palmetas y filigranas. La primera de ellas tiene su superficie labrada en forma extrañamente ondulante, un poco al estilo de lo visto en las jambas de la portada de Moissac. Las palmetas se disponen en modo vertical, reunidas por lazos al modo de lo visto en las rejas románicas (Imágenes 2 y 3). En la pilastra numero 4, las palmetas se labran sobre una superficie plana, y se disponen en modo vertical, siendo su labra igualmente delicada y cuidadosa (Imágenes 8 y 9).
La pilastra número 3 arranca con la deliciosa figura que abre esta pagina: el Rey David tocando la fídula. Su postura con las piernas cruzadas y su estilo evocan a la escultura de Santiago de Compostela; pues no en vano es un templo del Camino dedicado a los peregrinos y edificado con aquél modelo aun cuando la época fuese otra (Imágenes 1, y 4 a 6)
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Por encima encontramos una figura humana rodeada de vegetación y agarrada a la misma (Imagen 7), tema este del gusto del maestro escultor, que también utiliza en Agüero, haciendo salir a personajes de elementos vegetales similares. Mas arriba, ángeles miran hacia el lado opuesto, a la pilastra número 5 que es la trascendente en este tema.
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La pilastra número 5 se corona en altura con una representación de la Trinidad: En lo alto, el Espíritu Santo en forma de paloma nimbada sobre la cabeza de Dios Padre que sostiene a Cristo sobre sus rodillas. Es una "Paternitas". Una representación poco frecuente de la Trinidad y de Dios Padre con Cristo en sus rodillas, pues lo habitual es verlo sobre las de María Virgen. Otras Paternitas las he visto en Santo Domingo de Soria, y San Nicolás de Tudela.
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Sobre la Paternitas se halla el coro de ancianos músicos apocalípticos, al modo en que los vemos en las arquivoltas de portadas románicas y a la derecha, la representación del evangelista san Juan en forma de águila portando cartela en que se epigrafió: "IN PRINCIPIO", el inicio de sus evangelios.
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Por debajo,vemos la figura de la Virgen a la que falta la cabeza (Imagen 12) y otros dos personajes surgiendo de entre vegetación (Imágenes 13 y 14).
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Y en la base de la pilastra la imagen de san Juan, con su manto dejando el hombro derecho desnudo, mirando arriba y señalando con la mano hacia el lugar donde se halla La Trinidad.
Para Bango Torviso, el antecedente formal de este elaborado árbol de Jesé podría hallarse en miniaturas como la de los evangelios de Flavigny en las que Cristo y los Tetramorfos se hallan en altura, sobre columnas que sustentan arquillos y que en su base tienen figuras que miran y señalan con su mano al alto, al modo de lo visto aquí.