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La escultura de capiteles en la reanudación
de las obras tras el parón motivado por la deposición
de Peláez muestra un estilo sin duda jaqués, fruto de
la llegada de un escultor navarro-aragonés (Esteban) propiciada
por la labor en la distancia de Peláez, refugiado en la corte
aragonesa de Pedro I. La imagen 1 muestra un claro
ejemplo de capitel jaqués. Frondes vegetales de helechos rematados
por bolas jaquesas. Otro tanto ocurrirá con muchas
de las cestas labradas con palmetas de sencilla o elaborada hechura,
con algún leoncito y también bolas jaquesas en ocasiones.
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No faltan los motivos
de entrelazos atrapando en su maraña a hombres, aves, leones...
En alguno de ellos, las figuras mofletudas de abultados ojos y elaborada
melena (Imagen 13) señalan al Maestro de la
Porta Francígena como su autor.
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