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La iglesia del Hospital
de San Blas es un edificio de los que tras su visita no deja indiferente
a quienes poseen una cierta inquietud hacia el arte románico. A
ello contribuye tanto su original arquitectura como el hecho de que se
halle exento permitiendo su contemplación integral.
Fue fundado en 1108 por
el Vizconde de Bearn, Gastón IV "El Cruzado", muy vinculado
a Aragón, como hemos visto en el estudio de otros lugares del entorno.
Edificado entre los años 1200 -1220, su funcionalidad fue hospitalaria,
de apoyo a peregrinos que de Olorón se encaminan al puerto de Somport.
Allí, en la frontera se alzó el Hospital
de Santa Cristina, de cuyos canónigos agustinos era dependencia
este hospital de San Blas.
Se sitúa a unos
15 kilómetros al noroeste de Olorón y se halla canónicamente
orientado, con ligera desviación al sudeste. Su planta nos muestra
que es tempo de nave única con un transepto hipertrofiado que le
aporta aspecto cruciforme. A ambos lados del ábside central se
sitúan sendos absidiolos de cabecera plana que son en planta prolongación
oriental del respectivo brazo del crucero. El ábside central destaca
con fuerza en la cabecera del templo. Es poligonal, de tres lados que
al exterior se decoran con un gran arco rehundido en cada lienzo, al modo
islámico de lograr la decoración de luces y sombras, como
hemos visto en el arte lombardo español. También el uso
de sillarejos como si de ladrillos se tratase, remiten, junto a los vanos
polilobulados, a este arte.
El cimborrio con su paso
de cuadrado a octógono y su remate también octogonal coronado
de chapitel, sobresale en el centro de la edificación aportando
un armonioso juego de estructuras volumétricas piramidales. La
nave es muy corta. En planta, nave, crucero y cabecera vienen a ocupar
prácticamente el mismo área (Imagen 5).
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Sus fechas edificativa
lo sitúan en un momento avanzado del románico pleno, en
el cual ya el Cister toma carta de naturaleza siendo uno de los pocos
detalles del "románico pleno" su tímpano. Corona
la portada oeste del templo, cuyas hechuras son fruto de la restauración
de principios del XX (Imagen 8). El tímpano es
el único elemento original de la misma. Muestra a Cristo en Majestad,
sentado y con un libro en su mano izquierda mientras que la diestra, superpuesta
a la mandorla que lo contiene, parece mostrar desplegados tres dedos.
Lo rodean los símbolos de los vivientes apocalípticos, todo
ello trabajado con muy poco detalle, primando el volumen y la forma general
a los acabados (Imagen 7)
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Una de las características
que le aporta otro toque de diferencia al templo lo constituyen la media
docena de celosías de piedra ("vitrales en pierre") que
decoran media decena de vanos de transepto y nave. Podemos verlos en las
imágenes 10 a 15. En opinión de Viollet-le-Duc,
no compartida por otros, podrían ser un emblema corporativo de
los francmasones del Rhin, equivaliendo el pentalfa a una verdadera firma
(Imagen 10).
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Bibliografía:
"El arte románico
en Iparralde. Perspectivas historiográficas". Agustín
Gómez Gómez Biblid, 20: 15-41. 2001.
"Torres del Río:
Iglesia del Santo Sepulcro". Javier Martínez de Aguirre. Panorama
Nº 34. Fondo de publicaciones del Gobierno de Navarra. 2004.