Bajo las cornisas de la cabecera del templo,
una colección de canecillos esculpidos muestran diversos motivos
escultóricos. Con ellos ocurre lo que acabo de citar. No es fácil
en ocasiones diferenciar los originales de los restaurados, puesto que no
hay señales que así lo indiquen. En la mayoría, es
fácil, debiendo desconfiar de los excesivamente "bien conservados"
Hay dos motivos que se repiten con profusión
y que he destacado en cabecera de pagina. Corresponden a una sirena-pez
cuya esencia está apenas insinuada por la transformación en
aletas de sus pies cruzados. Además Hay un detalle curioso y es que
el artista esculpió una especie de "reposabrazos" a la
altura de las axilas, quizá para dar sensación de que la sirena
tiene un lugar en el que sustentarse.
El otro motivo es una figura humanoide,
quizá un demonio, con pies deformes y torva expresión que
porta una gran serpiente. El deterioro del reptil en algunos de los canes,
hace que el demonio aparentemente luzca una extraña cabellera como
"de búfalo".
Monstruos devorando personas, águilas con su nidada,
rústicos, acróbatas, pensadores mesándose la barba,
ciervos, un barquero remando... Hay un detalle decorativo y es que en el
frontal alto del canecillo se labraron diferentes motivos escultóricos
a base de trazos geométricos. Margaritones hexapétalos adornan
las metopas.
Los dobles capiteles que rematan las columnas del ábside
central poseen decoración escultórica que muestro en las imágenes
de esta pagina. Uno de ellos en la línea 5, muestra rostros femeninos
en actitud de gritar, espantados, horrorizados, quizá furias; que
relacionan el motivo con otro semejante de San
Serenín de Toulouse. El estilo de este centro difusor del arte
"Tolosano" se advierte también bien a las claras en el
segundo canecillo de la fila número 6 situado en el tramo presbiteral
del ábside norte.
La decoración de los vanos de la
cabecera es delicada. Contrasta lo elaborado de guardapolvos y ábacos
con la sencillez de sus capiteles como puede advertirse en las imágenes
7 a 14.
Algunos de los vanos, como el central del
ábside mayor fueron ampliados y redecorados al modo gótico
para permitir mayor entrada de luz al interior.