La localidad francesa de Lescar se ubica
en el departamento de los Pirineos Atlánticos, en la región
de Aquitania. Cuenta en la actualidad con unos 9.500 habitantes que forman
parte del aglomerado de Pau. Lescar se halla estratégicamente
situada en la ruta
jacobea que desde Narbona pasando por Arles penetra en España
por el puerto de Somport para reunirse en Puente la Reina (Navarra) con
la ruta que accede por Roncesvalles. Lescar, Lacommande
y Olorón
son destacadas etapas de esta ruta, previas al acceso a España.
En el lugar donde hoy se alza Lescar hubo
asentamiento galo-romano llamado Beneharnum, mencionado en el itinerario
de Antonino como parte de la calzada entre Caesaraugusta y Beneharnum que
cruzaba el pirineo por el Sumumportus (Somport). Beneharnum hace referencia
al territorio gobernado por la ciudad (antecedente de "Bearn")
coincidente con la diócesis del obispo con sede en este lugar. Beneharnum fue destruida
por los vikingos hacia mediados del siglo IX. Hacia finales del X se establece
allí un pequeño monasterio con su correspondiente población
en su entorno próximo. Es el inicio de la ciudad de Lescar. La primera
catedral se edificaría en 1062. El obispo Guido de Lons accede a
la sede en 1115 y en 1120 inicia la edificación de una nueva catedral,
que será el mayor templo de todo el vizcondado de Bearn. A su muerte
en 1141, continúan las obras que se prolongarán hasta el siglos
XIII.
El vizcondado bearnés pasó
a formar parte de los territorios en la órbita del pujante reino
aragonés hacia 1154, partiendo
de relación de igualdad con el vecino reino de Aragón en tiempo
de Gastón IV de Bearn -El Cruzado-, aliado de Alfonso I el Batallador
de Aragón, para quien tomó la ciudad de Zaragoza. En la segunda mitad del XV, el condado era parte
del patrimonio del rey de Navarra. Lescar es la tumba de sus dos últimos
reyes exiliados en Pau: Juan II Señor de Albret, rey destronado de
Navarra (+1516) y de su esposa la reina Catalina de Foix (+1517) hermana
de Francisco Febo.
Estrechas relaciones con Aragón y
Navarra a través de intereses políticos y de rutas comunes
como la Jacobea que explican las notables semejanzas en lo artístico
entre estas zonas geográficas.
El templo es de triple nave rematadas en
sendas cabeceras benedictinas. Por delante de sus cinco tramos, posee nave
transepto que destaca tanto en planta como en alzado (Ver imágenes
1 y 4, tomadas del sitio
de la parroquia de Notre Dame en Bearn). El
templo está canónicamente orientado, con unos 15 grados de
desviación a sureste como se advierte en la imagen aérea de
Google Earth (Imagen 3). Mide alrededor de 60 metros de
longitud por 22 de anchura en la zona de las naves y de 28 en el transepto.
La nave central, con 8,48 m de anchura es doble que las laterales.
Por delante de la cabecera del templo,
el bien cuidado cementerio de la localidad le aporta un toque de romanticismo
a su imagen. La cabecera del templo, desde el interior del cementerio, tiene
una perspectiva magnífica. Edificada con buena piedra sillar, bien
escuadrada y ajustada en la que abundan las marcas de cantería, luce
espléndida gracia a su restauración. Las guerras de religión
a mediados del XVI entre católicos y calvinistas primero y la Revolución
Francesa a finales del XVIII después, fueron etapas decisivas en
su degradación. Convertida en Templo de la Razón, hubo de
esperar al siglo XX para ver su restauración
Algunas zonas del templo, evidencian sin
lugar a dudas su origen, fruto de la restauración, como es el caso
del hastial de poniente y su portada, rehecha al modo de la de Oloron-Santa
María. En otras zonas la diferenciación no es tan evidente
y hay que ser cautos a la hora de enjuiciar determinados aspectos tanto
edificativos como esculturales. Algunos de los capiteles del templo son
obra del siglo XX, y por lo general se advierte bien su estilo distinto
al original. Pero incluso en los capiteles originales hay restauraciones
que les han devuelto -reinterpretadas- zonas perdidas de los mismos, como
veremos más adelante.