El 4 de Junio de 1076 fue asesinado -despeñado- en Peñalén Sancho Garcés rey de Navarra, mientras cazaba. La felonía la perpetró su hermano Ramón, de común acuerdo con Hermesinda, su hermana. Los navarros, lejos de facilitar el ascenso al trono del fratricida eligen de común acuerdo como rey a su primo, Sancho Ramírez, rey de Aragón. Alfonso VI de Castilla, que también se creía con derechos sucesorios, avanzó por Nájera tomando La Rioja, Calahorra, y otras plazas limítrofes. Sancho Ramírez se encaminó a Pamplona por Ujué, para tomar posesión del reino. Ocupó todo el territorio pamplonés a la orilla izquierda del Ebro. La frontera entre los dos reyes la marcaba el río Ega, hasta Montejurra. Así, Sancho Ramírez aumentaba su poder militar, y alejaba el peligro de navarros como rivales directos y aliados del de Zaragoza. El reino de Navarra perdía las tierras sitas a la derecha del Ebro, ocupadas por castellanos. Un hijo del despeñado, Ramiro, huyó a Valencia y casó con una hija del Cid. Ramón, el fratricida fue expulsado de Navarra y acogido en Zaragoza por el rey musulmán. Hermesinda hubo de acogerse a la Corte del rey castellano Alfonso VI. El Despeñado tenía un hijo de corta edad, el Infante Ramiro, que fue apeado de su derecho sucesorio. (Datos extractados de "Sancho Ramírez, Rey de Aragoneses y Pamploneses", de Domingo Buesa Conde.

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Los capiteles que adornan sus vanos absidales los muestro en las imágenes 5 a 12. Las tres últimas corresponden al mismo capitel en diferentes proyecciones para apreciar los detalles de su difícil lectura.

El cilindro absidal se divide en tres lienzos por medio de cuatro pilastras-contrafuerte de sección cuadrangular que ascienden hasta la cornisa, reduciendo algo su tamaño al poco de ésta. Además de las pilastras indicadas, canecillos sencillos y esculpidos contribuyen a ello. Cada uno de los lienzos está centrado por un ventanal de medio punto, decorado con una arquivolta con capiteles y columnillas (Imagen 3). Una imposta de ajedrezado jaqués corre por la cabecera marcando el nivel inferior de los ventanales del ábside y presbiterio. La línea de imposta de los capiteles de las ventanas descritas se prolonga formando una segunda división horizontal en el cilindro absidal (Imágenes 1 y 2). Detrás del cilindro absidal el presbiterio, bien señalado al exterior, comparte cubierta con aquél a un nivel inferior al del crucero coronado por el casetón que contuvo su bóveda en el que se aprecian con claridad los salientes de las estructuras que albergan las trompas permitiendo el paso del cuadrado al octógono (Imagen 4). Alargados ventanales sin decoración centran los muros presbiterales. Por detrás, la nave, que se advierte recrecida hasta el nivel del tejado del cimborrio para cobijar las actuales bóvedas de crucería.

El hastial de poniente fue recrecido por el actual paredón a modo de compacta espadaña que alberga los cuatro huecos de campanas (Imagen 13). También se añadieron la capilla lateral que prolonga al norte el crucero, la sacristía, y los porches de poniente y sur que cobijan las portadas del templo. La magnífica portada original se halla en el muro oeste, bajo porche añadido (Imágenes 13 a 15). Se compone de seis arquivoltas de notable altura. En cada uno de los lados apean en jambas rectas las externas y las centrales, intercalándose otras dos que lucen capiteles historiados y columnas con sus basas. La columna interior de nuestra derecha luce zig-zag en su superficie. Las arquivoltas que corresponden con los capiteles son de baquetón y el resto lucen elegante y puntillista decoración de motivos vegetales, palmetas, botones florales, ETC.