Hay otra
pequeña portada en el muro sur, en la porción anterior de
su segundo tramo. A ella pertenece el llavín que me prestaron.
La bella portada norte se abre retirando una gruesa tranca desde el interior
para permitir que la luz inunde el templo. Un ventanal en el lado sur
del primer tramo de la nave y otro en el hastial de poniente, ayudan a
este fin. Ambos son derramados al interior. No hay
que pasar por alto la riqueza ornamental de sus canecillos así
como la fina decoración vegetal que adorna tona su cornisa.
Cronológicamente
el templo se puede encuadrar a caballo entre el final del XII o inicios
del XIII; si bien estoy convencido de que su cabecera es de mayor antigüedad,
máxime cuando al interior se aprecian los titubeos al continuarla
con la nave; bien sea por haber modificado el planteamiento inicial debido
a cambios en la estética del momento, o como creo más probable,
por derrumbe y posterior edificación a partir de lo que restase
de la misma.