Los ábside laterales, como he indicado,
fueron añadidos con posterioridad a la fábrica del central.
Su estilo es sobrio, sin decoración alguna. Sus canecillos en altura
son lisos y poseen un vano absidal aspillerado centrándolos (Imágenes
2 y 4).
A pesar de las sucesivas obras de remodelación
y restauración y de haber estado al borde de su destrucción
total, la obra transmita una sensación de unidad más allá
de las fases edificativas. La simbiosis entre los óculos góticos,
la cabecera románica del segundo y último tercios del XII,
su claustro del último tercio del XII y la espléndida portada
norte del XIII conforman una obra de porte magnífico.