El cilindro
absidal también es distinto. Al exterior no es de tambor, sino
que se articula a base de cinco lienzos. En la unión de cada dos
de ellos, al igual que en el templo, hay una columna-contrafuerte adosada.
Se elevan desde podio individual y basa hasta el capitel decorado que
ayuda a sustentar el alero absidal. Cada uno de los cinco lienzos
que componen el ábside se dividen en dos por medio de una imposta
sencilla hacia su mitad. Sobre ella se alza un ventanal rehundido y enmarcado
por arquivolta de baquetón aperada en capiteles y columnillas al
modo jaqués. Por fuera, guardapolvo simple. Tres de ellas son verdaderos
ventanales y las otras dos simples arquerías decorativas.