Cuando agosto de 2006 ya
se agota y las nubes en el cielo nos recuerdan que el otoño y la
vuelta a la rutina están próximos, me acerqué a visitar
el templo. Hay obras en el mismo. Sobre su cabecera asoman andamios y
la pluma de una grúa. Son elementos molestos para la fotografía; pero garantía
de pervivencia. El monasterio se halla circundado por una alta valla perimetral,
en parte procedente de su fundación. El acceso se efectúa
desde poniente permitiendo la magnífica vista de su hastial oeste.
Las luces de la mañana no son propicias para el mismo y como el
lugar se presta aguardé, fotografiando, al sol de la tarde. Gran parte de la estructura
básica de esta parte del templo es la original. Así lo demuestran
las marcas de cantería en muros y contrafuertes. En cambio, la
magnífica portada y los óculos, son añadidos posteriores.
La portada se halla encajada en un gran espacio apuntado, que no es sino
continuación al exterior de la nave central del templo. Una docena
de apretadas arquivoltas le confieren abocinamiento y encanto. La decoración
de sus capiteles corridos así como del parteluz central, lo es
a base de motivos vegetales minuciosamente tallados de entre los cuales
asoman de cuando en vez cabecitas tonsuradas (Imágenes
5 y 11).
En el tímpano hay
un conjunto escultórico centrado por crismón trinitario.
A nuestra izquierda, una estampa de la Sagrada Familia con evidente simbolismo
de "minusvaloración" de san José (como es habitual).
Virgen y niño son de tamaño notablemente mayor y se hallan
a cobijo de un arco trilobulado. El santo varón, acomodado en el
espacio entre ellos y el crismón, queda en un evidente segundo
plano (Imagen 7).