Las tres parejas de capiteles de esta portada, así como los espacios entre
ellos, los ábacos y los motivos decorativos que continúan por el frontal del cuerpo adelantado en que se
halla, están plenas de minuciosos elementos esculpidos. Como ya he dicho, la aproximación a los
mismos nos permite encontrar gran número de escenas delicadamente labradas, como las de las imágenes 7 y 8. Pero el verdadero efecto,
el que pienso que su creador intentó y consiguió lograr, es el de la visión de conjunto mientras
se accede al templo. Una especie de equivalencia a la perfección de las yeserías islámicas
transportadas a la cristiandad.