UTM 30T 367374 4688847 835 m.

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En el curso de unas obras de remodelación en 1993 se descubrió la bella portada occidental del templo románico original (Imagen 1). Consta de cinco arquivoltas en degradación de las que la 2ª y 4ª se decoran con baquetón y las otras tres son de bisel liso. Aquéllas apean a través de dos parejas de bellos capiteles historiados que veremos más adelante y sus correspondientes columnas. Los ábacos de los capiteles forman un friso continuo con las impostas de las jambas rectas y se decoran con cuidadas palmetas,motivos vegetales y bolas en las esquinas. En la parte superior del frontal de la arquivolta de baquetón más interna, quedan restos de inscripción del XVII que hace referencia a la primera advocación del templo: San Juan ("..PILIS CAMELORUM AND ZONAM PELI.." En referencia a la indumentaria del Bautista a base de pelliza de piel de camello y cinturón). A raíz del traslado de reliquias de san Zoilo desde Córdoba por un hijo de los condes, cambió su advocación.

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Esta portada felizmente recuperada es magnífico exponente de lo que el profesor García Guinea ha dado en definir como "Románico Dinástico", es decir, el más antiguo arte escultórico románico elaborado en Hispania por decisión de Sancho III el Mayor rey de Navarra y sus inmediatos sucesores. En la actualidad queda dentro de las dependencias del monasterio siendo visitable tanto desde el propio hotel como a través del acceso turístico desde la fachada norte del templo (Imágenes 2 a 4).

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Las columnas que enmarcan la portada se erigen sobre basas áticas y son de mármol jaspeado, más gruesas en su porción inferior. Una de ellas, la exterior a nuestra derecha (Imagen 7) muestra restos de estriaciones longitudinales en su base. Son de origen romano, reutilizadas, al igual que ocurre con algunos de los sarcófagos ya vistos. Los capiteles son de cuidadosa hechura. Cronológicamente se encuadran entre lo más antiguo del románico palentino: último tercio del siglo XI. Muestran personajes transportando pequeña figurita humana (probablemente alma de difunto), monstruos serpentiformes, el episodio de la burra de Balam, y una escena de cultivo de la vid, que se ha convertido en emblema de muchos eventos palentinos (Imagen 26 ). La circunstancia de haber permanecido ocultos desde la reforma del templo en el siglo XVII los ha conservado en un estado excepcional a lo que hoy contribuye el hallarse a resguardo de la climatología.

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El capitel situado más a nuestra izquierda muestra dos escenas muy similares en sus dos caras visibles: dos figuras masculinas vestidas con túnica transportan un pequeño busto alado en pequeñas andas. Quizá sea la alegoría del transporte de las almas como se ve en muchos otros lugares; pero los personajes no lucen ningún signo angélico diferencial. Destaca la cuidada realización de sus vestiduras con adornos en los cuellos. Entre sus cabezas asoman leoncitos de delicada talla. Palmetas y volutas vegetales con bolas en las esquinas decoran los ábacos (Imágenes 12 y 13). Hacia adentro del anterior, el capitel que hallamos luce unos motivos extraños y originales a base de monstruos alados serpentiformes y con cabezas de perro mostrando gesto amenazante (Imágenes 14 y 15). Sus colas forman dos bucles perfectamente realizados. Entre ellos hay bolas y apéndices gallonados rematados por palmetas.

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En el lado sur de la portada, el capitel más exterior muestra un motivo de trabajo de viñas de delicada ejecución y muy repetido como emblema en variados eventos palentinos (Imágenes 18 y 19) . En sus esquinas aparecen los pitones gallonados "jaqueses". Volutas en las esquinas y entre ellas caritas con tocado de delicada hechura. Comparten estilo y cronología con Frómista, Nogal de las Huertas, San Pedro de Dueñas, Loarre y Jaca.

Especialmente me evocan a los de la catedral jaquesa por dos motivos. En primer lugar que en ambos se muestra un pasaje tan poco repetido como es el de la burra de Balam (Imágenes 16 y 17). Otro detalle que comparten San Zoilo y Jaca es que sus capiteles aparentemente se tallaron para ser colocados frontalmente, no como esquineros. Tienen una cara labrada que queda oculta a nuestros ojos (lo cual es una lástima, porque nos perdemos cuatro bellas caras labradas).

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El capitel interior del lado sur muestra un tema bíblico muy raro: La burra de Balam. Yo solo lo he visto en el capitel del lado oeste de la Lonja Chica en la Catedral de Jaca. En este capitel las figuras están más estilizadas. También en este capitel hay pitones jaqueses en sus ángulos. A destacar la cuidadosa labra de los detalles, como se aprecia en las imágenes 16 y 17. En este capitel, la "burra" ha sido trabajada con tanta elegancia que más parece un caballo de magnífica planta. El episodio descrito en el capitel hace referencia a la historia del Antiguo Testamento (Números, 22; 21-36) protagonizada por Balam, adivino de Mesopotamia, que fue llamado por el rey moabita Balac para maldecir al pueblo de Israel. Balam corrió presto a la llamada del monarca lo que encendió la cólera de Dios, enviando a un ángel para que cortara el paso del adivino y su burra. El animal, al contemplar al ángel con la espada desenvainada, abandonó el camino varias veces, siempre perseguido por el ángel. Balam fustigaba con su vara a la burra cada vez que tomaba un camino diferente hasta que Dios habló por boca del animal diciendo: "¿Que te he hecho yo para que me hayas pegado por tres veces?". Balam respondió al asna: "Porque te burlas de mí. Si tuviera a mano una espada, ahora mismo te mataba". Tras el diálogo, Dios abrió los ojos de Balam y vio al ángel apostado en el camino con la espada desenvainada. Tras explicarle el ángel lo que había ocurrido, el profeta reconoció sus pecados y admitió decir a Balac lo que el ángel quisiera. En lugar de maldecir a los israelitas, les bendice y presagia victorias futuras.

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El hecho de poseer los capiteles tres de sus cuatro caras labradas es extraño. Induce a pensar en que el capitel, de función estructural, se elaborase para mostrarse en posición frontal con sus tres caras decoradas vistas. Otra opción es la de un taller que trabaja por encargo labrando así los capiteles que de este modo estarían disponibles para ser colocados indistintamente en el lado derecho o izquierdo de la portada.

Tanto en la portada descrita, como en lo visto del muro norte al exterior y al interior, abundan las marcas de cantería coincidentes con las existentes en las zonas originales del templo al exterior, interior y galilea confirmando la ejecución unitaria del proyecto edificativo. También la escultura lo confirma, pues el estilo y detalles de lo visto en el capitel de la imagen 24 es superponible a lo mostrado en el capitel del fajón ya comentado en la pagina anterior.

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El escultor se atreve a esculpir motivos exentos en las cestas de los capiteles, dándoles un realce de altorrelieve; pero en algunos puntos, como detrás de la mano del ángel en el episodio de la Burra de Balam, hace la mano solidaria con la cesta a base de conservar un pequeño cilindro pétreo no visible (Imagen 25). La misma técnica aplicará en un momento muy posterior el genial maestro de San Andrés del Arroyo cuando labre el singular capitel de la esquina suroeste del claustro.

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