Pero, sin desdeñar lo mostrado, lo realmente
bello y por lo que es conocido éste templo y aun el pueblo entero, y que es por si solo motivo más que suficiente para venir hasta este
lugar, es el genial friso esculpido en altorrelieve que corre por encima
de la moldura ajedrezada tangente a la portada oeste. La perfección
de formas de Cristo, su serena majestad, los pliegues y decoración
de su túnica y vestido son el punto de inflexión del arte
románico. Es aquí donde alcanza su cima y siguiendo cánones
clásicos de belleza escultórica marca el camino hacia el inminente gótico. Falta su mano derecha, con la que debió de
bendecir quizá hasta que se la arrebatase la misma barbarie que descabezó a buena parte
del apostolario .
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El conjunto de la portada se halla protegido por un alero de considerables dimensiones realizado en hierro y acorde
con la restauración de la bóveda del templo en clave modernista.
Le evita la acción directa del agua, pero no la agresión de
palomas y pajarillos que se posan en las partes más salientes del
grupo escultórico, agrediéndolo con sus deyecciones. La imagen
de Cristo, de gran formato, centra una mandorla mística festoneada
con dos bandas polilobuladas entre las que hay, al igual que por fuera de
las mismas, florecillas de seis pétalos. Todo Él está
tallado en un gran bloque pétreo, mientras que los tetramorfos que
lo rodean lo fueron en cuatro bloques separados
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La talla
de los pliegues de la parte inferior de la túnica de Cristo, al igual
que el natural caer de la bocamanga de la mano que bendice, son sencillamente
geniales. Los pies no desmerecen del conjunto y la expresión facial,
como se aprecia, es más propia de un momento clásico del arte
que del tosco hacer románico e incluso del estilizado hieratismo
gótico.
Largos ratos pasé apoyada la
espalda contra la pared que hay enfrente a este muro de belleza, contemplando
el conjunto y el detalle. Hay tanto que ver que uno no sabe bien dónde
mirar. Gracias
a la amabilidad del Sr. Molina, el propietario de los balcones que hay
frente al friso, pude obtener imágenes frontales del mismo. Es
este un punto de vista infrecuente, pues lo habitual es contemplarlo desde
la calle en contrapicado, lo que aporta una cierta distorsión
en sus cuidadas formas.