Situada en
pleno Camino Jacobeo, Frómista es referente obligado en el románico
palentino y español gracias a su iglesia dedicada a san Martín. Es la iglesia
del monasterio benedictino que fundara doña Mayor, condesa de Castilla
y viuda de Sancho III el Mayor rey de Navarra. Existen documentos de 1066,
"mandas testamentarias", en las que la citada doña
Mayor legó fondos para su edificación. A pesar de disgustar al desaparecido
profesor y amigo García Guinea, he de referir que la actual tendencia
de los investigadores medievales apunta hacia el año 1100 como fecha
probable de edificación del templo, que toma al modelo jaqués
como referente. El estilo
de Frómista representa la plenitud del modelo Jaqués, edificada
con un claro programa y sin interrupciones, lo que se aprecia en la coherencia
de sus volúmenes. Junto con Santiago
de Compostela, San
Isidoro de León y Jaca
representa la cumbre del arte románico español del siglo XI (3 de agosto de 2004 y 2005).
A caballo
entre los siglos XIX y XX (1894-1904) fue desmontada y reconstruida por Manuel
Aníbal Álvarez y Amoroso, eliminando estructuras añadidas,
reconstruyendo partes desaparecidas e inventándose alguna zona, como
la portada apuntada del muro sur del transepto, allí donde hubo sacristía
adosada; casi todo el hastial de poniente y 86 de los 320 canecillos, entre
otras cosas. Se dice
que "parece recién hecha" de lo excesiva que fue esa intervención,
pero ello no le resta en absoluto ni un ápice de su mérito
ni belleza integral que nos muestra a las claras cómo debió
de ser el edificio en origen.
Los monarcas
encabezados por el ya desaparecido Sancho III el Mayor: Sancho IV en Navarra,
Ramiro I y Sancho Ramírez en Aragón y Navarra, Fernando I
y Alfonso VI en León y Castilla son los que en acertada expresión
de García Guinea edificaron por si mismos o por sus familiares el "Románico
Dinástico", el más importante y bello románico del siglo XI español:
Leyre, Jaca, Loarre, San Isidoro de León,
Santiago
de Compostela, Frómista, San Zoilo de Carrión
y Nogal
de las Huertas, son los templos que fruto de ese
empeño han llegado hasta nosotros.
23
45
San Martín
es una preciosidad de templo. Libre de cualquier impedimento que dificulte
su contemplación podemos circunvalarlo y hacernos
una perfecta idea de su estructura. A ello contribuye el hecho de que aun
siendo un templo de planta basilical erigido "a lo grande"
goza de unas dimensiones apropiadas para poderlo contemplar en su totalidad. Posee planta
rectangular de tres naves rematadas al este por medio de sus respectivos
ábsides. Más alta la central y su cabecera correspondiente.
Tras la cabecera encontramos el crucero, que no destaca en planta al igual que ocurre en su
modelo: la catedral de Jaca. Sobre el mismo hay una edificación octogonal
que contiene linterna y bóveda. Posee cuatro
tramos en sus naves, separados por otros tantos pares de pilares cruciformes
con semicolumnas adosadas.
Cada uno
de sus muros laterales posee una portada inscrita en cuerpo ligeramente
resaltado, a la altura del segundo tramo en el lado sur y en el tercero
en el norte. La portada oeste, neorrománica, procedente de la restauración y
se pone en duda que existiera. Tres ventanales
de medio punto, uno por tramo -salvado en cada caso el de la puerta- iluminan
el templo a través de sus muros laterales. La estructura
es igual en todos ellos: doble arquivolta, de bisel la exterior y de baquetón
la interna, que apea en capiteles de diversos motivos y columnillas. Por
fuera, guardapolvo de ajedrezado jaqués que continua con moldura
del mismo tema a la altura de los ábacos recorriendo el muro. Otra
moldura ajedrezada paralela a la anterior, corre por los muros a nivel del
alféizar de los ventanales. Dos torres
cilíndricas enmarcan el hastial de poniente aportándole una
especial gracia y equilibrio de formas y volúmenes
610
Los cilindro
absidales se dividen en lienzos: tres en el central y dos en los laterales,
mediante semicolumnas adosadas, que rebasada la moldura ajedrezada del nivel
inferior de los ventanales (más altos en el central) se continúan
con columnas adosadas con su basa y capitel que colabora a sustentar el
alero. Todo ello siguiendo el modelo jaqués, que podemos ver en su
magnífico ábside
sur.
78
9
A Frómista
hay que volver más de una vez para saborear su embrujo. Hay que llegar allí
cuando el sol se levanta en las suaves madrugadas del mes de Agosto. Y volver
cuando la tarde cae para descubrir esos tonos rojizos en sus piedras. Fue
una tarde de Agosto de 2005 cuando fotografiando su fachada norte caí
en la cuenta de que su luz era excepcional. Realmente toda la fachada septentrional
se ilumina (Imagen 4). Y ello se debe a que, como puede
advertirse el la foto aérea del SIGPAC (Imagen
10) la orientación del mismo está notablemente
desviada hacia el nordeste. Tanto, que las últimas luces del día
llegan a iluminar el lateral de su ábside norte (Imagen
9).
Aquellos
hábiles constructores sabían bien como orientar los templos.
Y no creo ni por un momento que se trate de un error de cálculo de
los mismos. Es algo hecho a propósito. Y es posible que sea factible
la teoría en la cual se alude a la orientación del mismo hacia
el sol naciente del día en que se se celebra la festividad del santo
al que se encomienda el templo.