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LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO Webmaster: A. García Omedes - Huesca (España) |
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-BAÑOS DE CERRATO. IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA- |
UTM 30T 377892 4641997 726 m. |
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A pesar de dedicar mi trabajo preferentemente al arte románico aragonés (S XI-XIII), ciertos monumentos de la envergadura histórica de San Juan de Baños del Cerrato son referente obligado para la comprensión de la evolución de los modelos edificativos desde la antigüedad romana hasta la época estudiada a lo largo de todo el territorio peninsular. Es por ello que habiendo tenido la oportunidad de volver a visitar el templo en el verano de 2004 y obtener abundantes imágenes del mismo, ofrezco una muestra de las mismas para su difusión y conocimiento (8 de agosto de 2004).
San Juan de Baños es Monumento Nacional desde el 26 de Febrero de 1897. El templo ha sufrido múltiples reformas y aun así, una notable porción de su primitiva estructura visigótica original se conserva intacta. Además, hecho de capital importancia, subsiste la lápida de dedicación del templo por parte del rey visigodo Recesvinto en el año 661. A pocos metros al sur del edificio se hallan lo que fueron termas romanas y posteriormente fuente medicinal ("Baños"; de ahí su topónimo). Se refiere que por efecto de sus aguas sanó Recesvinto de una afección renal y ello fue el motivo de la edificación del templo dedicado a san Juan Bautista.
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Poco al sur de la capital palentina, a escasos dos kilómetros del monasterio de Dueñas se halla el municipio de Baños de Cerrato. Hay que cruzar la adyacente localidad de Venta de Baños para, al este de la misma, llegar a la iglesia de San Juan. El templo se halla exento y rodeado de una amplia zona ajardinada y arbolado, que contribuyen a realzar su estampa. Es de modestas dimensiones: unos 20 m. de largo 8,60 de altura en su nave central y entorno a los 4 m en su cabecera y nave central. Probablemente su función litúrgica se orientase a una reducida población para la que debió de ser más que suficiente.
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En la actualidad tiene planta trapezoidal, más ancha en su cabecera que en la zona de poniente. Un atrio precede a la nave central. Se accede al mismo por una característica puerta de herradura sobre la que se edificó en 1865 en la reconstrucción del arquitecto Adolfo Fernández Casanovas una inoportuna espadaña que nada tiene que ver con el templo. Aun hoy día no hay consenso sobre la forma que debió de tener el edificio original. Lo que si es claro es que su cabecera tuvo tres ábsides planos cubiertos con bóveda de medio cañón de sección en herradura, almenados en planta, es decir con espacio vacíos entre ellos, que en época gótica se cerraron y edificaron con capillas al gusto de la época. De los ábsides laterales no queda sino los muros interiores de ambos, con paramento vertical, imposta decorada y arranque de bóveda. Más que suficiente para hacernos una idea de la planta que debió tener.
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Es necesario recordar que las edificaciones visigodas se efectuaban a base de sillares de gran módulo (El módulo estándar era la vara, de unos 80 cm.) dispuestos a hueso, es decir, sin argamasa entre ellos lo cual requería un perfecto tratamiento de las superficies en contacto. Colocados a soga y tizón, no tienen relleno interior en sus muros como se evidenció al desmontar para su traslado el templo zamorano de San Pedro de la Nave. También en ese traslado se constató la utilización de un verdadero "cosido" de sillares contiguos mediante grapas de madera con forma de doble cola de milano.
En diversos lugares del templo hay frisos decorativos realizados con un par de motivos básicos que se repiten: "eses" yuxtapuestas realizadas a bisel, con círculos en los espacios vacíos resultantes (Imagen 10) y de forma más abundante, otro compuesto por círculos tangentes a base de cuatro pétalos periféricos que con los del círculo contiguo forman rosetas cuadripétalas (Ver imagen). También siguiendo el "horror vacui" visigodo, las enjutas se llenan de pequeños bezantes o adornos triangulares.