El término "románico" es
una palabra relativamente reciente. Comenzó a utilizarse
en el siglo XVII. Se habla de "roman"
en referencia a la lengua moderna que se habla en Europa. Lengua
intermedia derivada del latín. Con el sufijo "-esque"
(romanesque) se está haciendo referencia implícita
a un modo de hacer que deriva de la cultura romana. Roma
es sin duda el referente. El imperio romano precisó en su
momento de un gran desarrollo en lo tocante a la construcción
obligado por la enorme amplitud de sus dominios que abarcaban a
todo el mundo conocido.
La cultura romana utilizó los logros parciales de civilizaciones
precedentes y los potenció hasta "industrilizarlos"
para poder dar respuesta a sus grandes necesidades. De la cultura
etrusca aprovechó el uso de los elementos arqueados de los cuales
llegará a hacer paradigma. De la cultura griega, las formas
clásicas que reinterpretará de modo eminentemente
práctico.
Un hecho trascendente fue el descubrimiento del polvo puzolánico
("pulvis puteolani"). Se trata de una ceniza
volcánica existente desde Cumas hasta el promontorio de Minerva
en Puteoli, según afirma Vitruvio. Los constructores aprendieron
que mezclado con mortero de cal (ya usado en Grecia) daba lugar
a un material similar a nuestro actual cemento, con la ventaja añadida
de poder utilizarse en condiciones de humedad. Su uso fue totalmente
empírico desconociendo que sus propiedades se debían
al alto contenido en silicatos. El uso de la asociación mortero
de cal/polvo puzolánico fue decisivo en la fabricación
de muros así como en el elemento más característico
de la arquitectura romana: el arco y los elementos arqueados. Los
muros fabricados con esta mezcla podían erigirse con un ahorro
de casi la mitad de piedra sillar manteniendo su resistencia. Este
modo de hacer es el "opus emplectum" o muro compuesto,
que ya usaban los griegos. Se trata de una estructura de tres capas,
dos de ellas exteriores a base de sillares que sirven de verdadero
encofrado al relleno vertido entre ellos: mortero, ripios, puzolánico
y agua que al fraguar genera un núcleo monolítico
de gran resistencia.
Una de las edificaciones que Roma "inventa" es la basílica.
Se trata de un elemento esencial en cualquier centro cívico.
Al contrario de lo que hoy nos evoca, su uso no era religioso sino
estrictamente civil. Venía a ser una especie de ágora
cubierta, con zonas destacadas para la ubicación de los personajes
preeminentes.
Básicamente la basílica consta de
una zona rectangular rematada en ambos lados por sendos ábsides.
El espacio interior se hallaba segmentado en una nave central mayor
y dos o más laterales a base de columnas y su cubierta era
de madera.
Sobre estas líneas muestro un detalle del mausoleo
romano de Sádaba. Consta de una zona rectangular con un ábside
a cada extremo. Adviértase la existencia de mechinales edificativos.
Otro gran logro arquitectónico es el uso generalizado del arco
de descarga sobre dintel. Los modelos griegos utilizaban dinteles
planos para cubrir vanos. Pero esto limitaba mucho su longitud, aparte
de las frecuentes fracturas del mismo. Con el modo romano, las fuerzas
del muro sobre el vano, no gravitan sobre el dintel, que pasa a ser
ornamental, sino que son conducidas por las dovelas hacia las jambas. Un cambio conceptual, sin duda trascendente, lo constituyó ese paso desde la arquitectura adintelada clásica hacia la arquitectura abovedada basada en el arco de medio punto y en las estructuras derivadas del mismo.
En las dos imágenes precedentes presento un ejemplo del uso
del arco de descarga sobre un vano adintelado. A pesar de estar el
dintel fracturado no se modifica su estructura ya que, gracias al arco de
descarga, no trabaja. Este ejemplo corresponde a la puerta en altura
de la torre albarrana de Alquezar. Es un elemento constructivo típico
del hacer lombardo heredado de las principios romanos que tratamos.
En este campo fueron todavía más allá, ideando
el arco
adintelado o plano. No hacía falta completar el
círculo para que las dovelas trabajasen desviando las fuerzas
hacia las jambas. Conceptualmente un arco plano adintelado puede definirse como un arco cuyo radio es igual a cero.
El siguiente paso, tras la adopción del arco de descarga o
de medio punto, es la confección de bóvedas de medio
cañón, que no son sino la traducción a dos dimensiones
del arco de medio punto. La intersección de dos bóvedas
de medio cañón dio lugar a la bóveda de arista
cuyas cargas se transmiten por sus cuatro pilares sustentantes permitiendo
vaciar los muros generando comunicaciones y espacios diáfanos.
Con ello ya tenemos definido el programa estructural
romano basado en el empleo del arco, la bóveda y el hormigón.
Es un programa innovador en el mundo clásico que les permitió
construir por primera vez con opus caementicum la Domus Aurea
de Nerón y tan solo 60 años después, la tremenda
bóveda del Panteón de Agripa (año 120 de nuestra
era) que con sus 43 metros de diámetro fue la mayor bóveda
edificada.
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