Ya vimos en el capítulo
correspondiente que una de las características más arraigadas
en la forma de edificar románica, directamente heredada del arte
imperial romano, es el arco de medio punto. Gracias al mismo se puede prescindir
por completo del dintel en los vanos, pues las fuerzas se encaminan a través de las dovelas y jambas siendo en parte cotrarrestadas por el muro que las contiene. El hecho de que haya dintel es optativo,
más bien con fin decorativo o funcional para adaptar puertas de hojas
rectangulares. También puede dejarse tan solo señalado el dintel, a
modo de salientes o mochetas con motivos decorados, como en el ejemplo de
Santa María de Carrión de los Condes, bajo estas líneas.
Hago este prólogo para comprender que el tímpano
es un concepto negativo. Me explicaré: el tímpano se define
como el espacio vacío situado entre las dovelas del arco de medio
punto y el dintel, cuando lo hay. Pasando el puntero sobre la imagen inferior,
se realza ese espacio.
La puerta de acceso al
templo es uno de los lugares de obligado paso para los fieles. Cargada de
simbolismo y de información visual, no podía desperdiciarse
el mejor "expositor" que ésta ofrece para lanzar su mensaje a quienes
por ella pasan. Y se aprovecha ese espacio para situar allí piezas
decoradas con forma de medio circulo de escaso fondo. El dintel o las mochetas
solo han de soportar su peso, porque como ya se ha dicho, la carga del muro
va por otra vía
En algunos casos la decoración
ubicada en el tímpano es tan espectacular como en el de Conques (Francia).
Situado a la izquierda sobre estas líneas, muestra con todo lujo de detalles y en
varios registros y escenas la Parusía o segunda venida de Cristo
al mundo en el día del Juicio Final. Posee vestigios de su policromía
original que nos hacen tener una idea aproximada de su impacto sobre los fieles
que entraban al templo. En la misma línea
y transmitiendo idéntica idea, el no menos espectacular tímpano de
Santa María la Real de Sangüesa (Navarra), es uno de los más
bellos de España (arriba a la derecha).
Uno de los referentes en
la escultura hispana, y de forma especial de cara a los crismones trinitarios
es el tímpano de la catedral de San Pedro de Jaca en Huesca (arriba
a izquierda). Su bella hechura, la epigrafía explicativa y su carácter
penitencial que refuerza la función del pórtico, son excepcionales.
También en Huesca, en la capital, el tímpano de San Pedro
el Viejo (arriba a derecha) muestra un crismón trinitario sustentado
por sendos ángeles, modelo que a partir de esta obra ha sido repetido en buen número
de ocasiones
En otros templos como en
Aguilar de Codés (Navarra) o Escunhau (Lérida), se realza
la idea de sacrificio del Hijo de Dios, como icono en el acceso al templo.
En uno como el Cordero Místico sobre el crismón trinitario
reforzando su simbología y en el otro directamente con el Crucificado
formado parte del tímpano y del dintel.
En la decoración del tímpano
hallamos también representación de la "Paternitas":
Dios Padre con su Hijo sobre las rodillas y sobre ambos la paloma representando
al Espíritu Santo. Trinidad o crismón trinitario en su faceta más
realista. La imagen (izquierda) es de Santo Domingo de Soria. A la derecha,
Cristo en mandorla portada por lo que parecen dos personajes con vestidura
talar y casco. Abundan referencias simbólicas en la mandorla y
dintel que lo relacionan con los Templarios. Es de la iglesia de Pelagalls
en Lérida.
La figura de la Virgen preside buena parte
de las esculturas de los tímpanos. Directamente como Virgen-Trono,
como vemos arriba a izquierda (Valbona de las Monjas, Lérida),
o en la repetida escena de la Epifanía de la que Santiago de Agüero
es paradigma. Por cierto que en ese templo el tímpano se colocó
después de edificar la portada. Notad que es apuntado y que su perfil
superior no coincide ni de lejos con el medio punto. No estaba hecho para
este lugar. Además, para encajarlo en su sitio tuvieron que recurrir
a rebajar las dovelas del lado este por su cara interna de forma notable.
Lo colocaron "resbalando", desde dentro, después de montada
la arquivolta.
En otras ocasiones hallamos alguna escena
de la vida del santo a que se dedica el templo labrada en el tímpano.
Arriba a izquierda, el martirio de San Felices en la iglesia de su advocación
en Uncastillo (Zaragoza). A su lado, un tímpano liso sin decoración
escultórica. Su decoración fue pictórica y aún
quedan restos de la policromía que permite intuir un crismón.
Es también Uncastillo: la iglesia de San Juan.
La decoración del tímpano
puede no tener motivos escultóricos figurados, como ocurre en la
enigmática colegiata de San Pedro de Cervatos en Cantabria. El tímpano
está ocupado por tres piezas verticales repletas de palmetas en tupida
sucesión que descansan sobre un dintel ocupado por tres parejas de
leones pasantes. Y bajo ellos, el vano dovelado de dintel plano a base de
tres piezas también cuajadas de palmetas en sus caras libres. ¿Quizá
tuvieron reparos para instalar figuras sacras en un templo con tanta iconografía
erótica?