La ya mencionada profusión de elementos decorativos y estructurales en los paramentos de este original templo dio lugar a que se hubieran de utilizar multitud de piezas de transmisión o apeo de empujes y por tanto, marco propicio para que los escultores expresasen su arte y sus ideas. Capiteles, ménsulas y canecillos como sustento de aleros, arquivoltas o arquillos ciegos al modo lombardo son el lugar formal de estas expresiones.

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En las imágenes de esta pagina muestro algunas de las esculturas que hallamos en el exterior del templo. Es original el capitel de la imagen 1 que corona la semicolumna vértice del grupo que separa presbiterio de nave en el lado sur. Muestra dos escenas: Sansón desquijarando al león y un caballero derrotando a su enemigo al que tiene bajo los cascos del caballo, mientras que una dama le da la herramienta oportuna para derrotarlo (lo que parece un hacha). El simbolismo de ambas es evidente: la lucha entre el bien y el mal. Yendo un paso más allá, quizá sea la alegoría de la donación por la propia Endrequina (la dama del capitel) de este templo, y su dote, como "herramienta" para que la Orden Sanjuanista derrote al infiel. A ambos lados, las semicolumnas se coronan por capiteles de pequeño formato, que son continuación en horizontal y en importancia de los canecillos que sustentan el alero.

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Hay en las esculturas motivos de toda índole. Veneras, monstruos, caritas, aves, ciervos, motivos geométricos, etc. Destaco la existencia de un extraño capitel en ventanal del lado norte (Imagen 6) en cuyo vértice hay una cabecita de la que salen enormes cuernos que se enroscan para dar una composición que es en todo semejante a las vistas en Eunate o en Olcoz sobre las que se ha especulado con su posible "Bafomet" y con su relación con Templarios. También una curiosa hidra de siete cabezas (Imagen 10) o la pareja de toneles bajo el alero del muro norte (Imagen 7) uno de los cuales porta extraña espita, que lo hace candidato a "instrumento musical" (dolio).

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