Una de mis motivaciones para visitar la
iglesia de San Millán en Segovia, dada la identidad de plantas entre
Jaca y ésta, era contemplar y analizar la estructura fundamental
que en Jaca falta desde el siglo XVIII. Me refiero al ábside mayor
románico que los canónigos, alegando humedades, derribaron para
edificar el actual donde poder acomodar órgano y coro. En lo que
resta del ábside jaqués, se advierte que su presbiterio es
de la misma profundidad que el correspondiente a los ábsides laterales,
lo cual ya es una notable diferencia con el segoviano que es amplio, decorado
con dos parejas de arcos ciegos en su base y segmentado por semicolumnas,
capiteles y fajón.
A la vista del cilindro absidal y de su
decoración, la idea que me acude a la cabeza es que sus hechuras
son "loarresas". Es decir; doble arquería decorativa, ciega
la inferior y con vanos la superior. Probablemente los constructores que
llevaron desde Aragón las ideas, las "hibridaran" con aportaciones
de Jaca y de Loarre. No sería de extrañar, dado que la cabecera
jaquesa obvia el modelo benedictino, que aquí, por razones de momento
histórico se plantea de entrada y requiere de otras soluciones.
A ello achaco el estilo básico "loarrés" completado
con la decoración al modo segoviano del momento en que se edifica.
Por apuntar conclusiones, creo que en Jaca
el ábside debería de ser de menor profundidad, sobresaliendo
en planta no demasiado de los laterales (por su presbiterio igual en los
tres) y que quizá sus vanos fueran jaqueses, grandes y sobrios, probablemente
tres de gran altura (al modo del existente en el ábside sur).
Los diez arcos ciegos del ábside
de San Millán apean en quince capiteles con decoración escultórica.
Diez son simples y cinco los mediales, dobles. Podemos encontrar entre
ellos motivos vegetales rematados en bolas -jaquesas-, otros de más
sencilla hechura, parejas de grifos afrontados o en otros lugares comiendo
frutos vegetales, parejas de leones, personajes cabalgando y desquijarando
leones entre sirenas-pájaro, sirenas-pez de doble cola, parejas de
aves afrontadas, sirena-pájaro y sirena-pez en el mismo capitel,
dragones alados con cuerpo de león, una escena del bautismo de Cristo,
aves y leones afrontados.
Los muestro de modo sucesivo, desde nuestra
izquierda hacia la derecha, en el orden en que se hallan en la cabecera
central (Imágenes 5 a 21).
De entre todos los capiteles, llama uno
mi atención, quizá por ser el único historiado. Me
refiero al de la imagen 19. A pesar de su deterioro, en
especial en la cara que da al centro del ábside, se advierte una
figura central desnuda, señalada con nimbo crucífero por lo
que debe de corresponder a Cristo y la escena a su bautismo por san Juan. Se halla dentro de un recipiente cilíndrico
decorado con peces en posición vertical. A nuestra derecha, un personaje
sujeta su brazo izquierdo, mientras que toma de algo de un frasquito que
le ofrece un ángel. La figura situada al otro lado, que debe de ser
quien le administra el bautismo, está muy deteriorada. El ábaco también se señala
como diferente a los demás que muestran decoración segoviana.
Aquí hay dos ángeles en posición horizontal haciendo
sonar trompas sobre la escena.
Al lado izquierdo del capitel descrito,
en el espacio frontal sobresaliente de la articulación entre cilindro
absidal y presbiterio sur, quedan restos pictóricos de la decoración
original del templo (Imágenes 22 y 23). Se trata
de la escena conocida como "Noli me tangere" en que Cristo
resucitado se aparece a María Magdalena.