Etimológicamente
la palabra "mozárabe" deriva de la voz árabe
"musta ´rab" definitoria
del cristiano hispánico que vivió en territorio musulmán
conservando su religión. Aunque en teoría se puede
aplicar esta definición a gran parte de lo hispánico
a partir del año 711 (fecha de la invasión musulmana),
en la práctica se considera como tal lo comprendido entre
finales del siglo IX y principios del XI. En la actualidad se tiende
a definir como "arte de repoblación"
en detrimento de un término -mozárabe- usado muchas
veces de modo ambiguo. En el aspecto edificativo
no es sino una prolongación del arte visigodo con matices
musulmanes aportados por monjes evadidos de Córdoba en la
época de la represión califal. Estas gentes repoblarían
el valle del Duero (según idea de Gómez Moreno). Hay
dos edificaciones de referencia en este arte, que son Bobastro y
Melque.
Bobastro se ubica
en el municipio de Ardales, en Málaga. Es una iglesia rupestre
parcialmente excavada en la roca e inacabada. Tiene planta basilical
de tres naves, crucero y tres capillas, la mayor de ellas con planta
de herradura. También adoptan esta forma los arcos labrados
en la propia roca. El origen de este lugar
guarda paralelismo con lo ocurrido en otras regiones de la península.
Pequeñas comunidades monásticas que acosadas por la
persecución religiosa se ven obligadas a buscar refugio en
parajes recónditos originando enclaves "de resistencia"
en apartados parajes de gran belleza natural. Su
abandono y destrucción se ha datado por técnicas de
carbono 14 hacia principio del siglo X coincidiendo con la fecha
de represión de los mozárabes toledanos por parte
de Abderraman III.
Es destacable que
la unidad de medida aplicada en este edificio es el "codo",
equivalente a unos 50 centímetros, unidad que se utilizó
en la construcción islámica; pero no en la visigoda
en la que ya hemos visto que su módulo es mayor (de unos
80 cm).
La iglesia de
Santa
María de Melque está situada al suroeste de la
provincia de Toledo en un estratégico enclave entre La Puebla
de Montalbán y San Martín de Montalbán, en
cuyo término se halla. Edificado en
la primera mitad del siglo VIII, se menciona como el templo altomedieval
mejor conservado de España. Su edificación sobre un
asentamiento romano previo con un estilo de rasgos tardorromanos y bizantinos
lo mantuvieron catalogado como visigodo, si bien recientes estudios
arqueológicos de Luis Caballero Zoreda lo sitúan correctamente
en el inicio del mozarabismo.
Quedan en algunos
lugares escasos restos de la decoración a base de estuco
que debió de cubrir toda su superficie interior, como se
advierte a la derecha de las tres imágenes arriba expuestas.
También
en Aragón ocurrirá este fenómeno de huida de
monjes a zonas retiradas. Al abrigo de la sierra de la Peña
junto a la "Val Ancha", a poniente de la Peña Oroel
se consagra en el año 920, en tiempo del conde de Aragón
Galindo Aznárez I,I un templo dúplice dedicado a los
Santos Julián y Basilisa.
Esa primera iglesia,
germen del monasterio
de San Juan de la Peña, ha quedado hoy bajo la que posteriormente
se edificó asumiendo por ello funcionalidad de cripta. En
el acceso de la iglesia superior al claustro hay una bella puerta
de herradura que también corresponde a este periodo. En origen debió de ser la puerta principal de la iglesia del monasterio dúplice hasta que a mediados del XII fue trasladada a su actual ubicación, añadiéndose en ese momento su epigrafía.
Otro de los elementos
característicos de este momento lo encontramos bajo los aleros
de los tejados de este grupo de templos. Se trata de unos canecillos
particularmente largos diseñados para sustentar grandes aleros.
Su perfil se constituye a base de rollos siendo el más externo
de mayor diámetro. Por lo general lucen en la superficie
de los círculitos laterales motivos geométricos y
elementos estrellados de brazos curvos.
Como
ocurre en otros periodos, muchos de sus ejemplares desaparecieron
sometidos a la dictadura de las nuevas modas o de la ruina por diversos
motivos. No es extraño hallar elementos aislados o reutilizados,
o restos de estructuras que desde su ubicación todavía
advierten a los avisados de lo que allí hubo, como ocurre
en Concilio,
localidad próxima a Ayerbe (Huesca). El arranque de una monumental
arco de herradura nos da testimonio de un momento edificativo
anterior.