TEMPLOS DE CABECERA PLANA
Tras el estilo visigodo
dominante en la península, en ocasiones compartiendo momento y espacio,
aparece lo mozárabe (hoy denominado arte hispano, hispano-visiogodo
o también arte de repoblación). Estilo de hacer de
los cristianos en zona dominada por el islam, o procedente de la misma.
Sus cánones también impregnan el diseño en planta de
los templos.
La primera de las iglesias
de San
Juan de la Peña, dedicada a los santos Julián y Basilisa
es el referente obligado en Aragón. Pequeño módulo,
planta cuadrada, cabecera plana -excavada en la roca en este singular templo-
y con dos pequeñas oquedades a modo de absidiolos con rebajes para depositar la lipsanoteca. Se dividió
en dos naves con unos elegantes arcos de herradura probablemente por la
existencia de una pequeña comunidad dúplice.
Siguiendo esta forma de
la cabecera del templo, todavía no sujeta a los cánones del
románico pleno y que por tanto se ha de considerar de entrada como
arcaica, hallamos los ejemplos de las iglesias de Santa
María de Espierre y Santa
María de Belsué, ambas en Huesca. La
primera, pertenece al grupo de iglesias de Serrablo y su portada marca un
bello y tosco arco de herradura. La segunda, con decoración de arquillos
ciegos lombardos en su cabecera es un híbrido entre lo hispanovisigodo
y las nuevas tendencias edificativas.
Y el colofón a este
momento, en la intención de monumentalidad dentro de su austera estética,
es el ruinoso y olvidado templo de San
Bartolomé de Bergua, lugar de la rivera del río Ara, en
Huesca. Posee cabecera triple y cada una de ellas recibió un ventanal
de medio punto y base escalonada, de tradición hispanovisigoda