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Los Vanos: Intercolumnios.
En la definición
de vanos y acompañando a los por todos conocidos (puertas y ventanas)
se nos cuela otro término: "intercolumnios". El término define
a los espacios abiertos en los muros interiores de separación entre
las diferentes naves del templo. Hay que pensar
que un templo de tres naves, pudiera considerase como tres templos paralelos
compartiendo muros. ¿Pero cómo se relaciona una nave con
las adyacente? Y sobre todo, ¿cómo se hace que estos muros compartidos
sean lo más leves posible para poder percibir un gran espacio interior
único y a modo de "salón"?... La
respuesta es obvia: abriendo huecos (vanos) en el muro compartido. Y para
hacerlo de modo seguro hay que seguir aplicando el gran redescubrimiento
del románico, el arco de medio punto que permite vaciar un muro
dirigiendo las cargas a través de sus jambas, ya sean estas una
sucesión de sillares o unas pilastras compuestas de elaborada ejecución.
De nuevo hay que volver
los ojos a los antecedentes formales del románico como hacíamos
en temas previos. Sobre estas líneas, el intercolumnio de separación
entre las naves norte y central del templo visigótico de San Juan de Baños de Cerrato en Palencia. Ya en este momento sabían cómo apear
las cargas del muro secundario a través de columnas, logrando un
gran espacio interior.
Este precedente fue aplicado
magistralmente en la Catedral de san Pedro de Jaca (Sobre estas líneas), vaciando
el muro y conduciendo sus fuerzas a través de pilastras con forma
de columna alternando con pilares de sección cruciforme. A pesar
de sus avanzados conocimientos no se atrevieron a abovedar las naves y cerraron
con cubierta de madera.
Si se atrevieron a abovedar
en León o en Santillana (arriba). Pero notad la diferencia en elegancia
entre ambos ejemplos. En León se vacía el muro hasta el nivel
de las impostas, incluso peraltando los arcos para alcanzar mayor altura,
mientras que en Santillana del Mar por encima de los arcos hay una gran
porción del muro que no se ha abierto, reduciendo ese efecto de gran
espacio único.
Encima de este texto, otras
dos muestras: Luzás (Huesca) y La Seo Vieja de Lérida. En
ambos se vacía el muro entre pilares. En el segundo caso, ya vemos
que el arco es apuntado. Ya estamos en un momento avanzado del románico como
preludio del gótico. Y en cada tramo de la nave se montan bóvedas
de crucería que derivan los empujes hacia las bases de sus cuatro
apeos. Realmente el muro entre pilastras podría obviarse casi por
completo.
Hemos comenzado a
hablar de bóvedas y de empujes y de las formas de encaminarlos hacia
el suelo. Más adelante desmenuzaremos este asunto.