5-f) Sobrecubiertas.-
Una vez edificadas las
cubiertas del templo había que protegerlas de los agentes atmosféricos.
En especial en los que se ha edificado una bóveda ya que el hecho
de permanecer a la intemperie y sometida al lavado de las épocas
pluviales hace que se deteriore hasta casi llegar a desaparecer el mortero
de cal que las aglutina, en especial cuando se han empleado morteros pobres.
Sobre el trasdós de la bóveda se depositaban
ripios y tierra para igualar su convexidad hasta un nivel que permitiera
montar y apoyar una estructura pendiente para que el agua resbalase más
allá de los muros.
Y sobre la base mencionada,
lo habitual para
proteger la fábrica era colocar losas de piedra tallada o lajas de pizarra. El constructor había de considerar
estos empujes añadidos, ya que tanto la tierra y ripios para igualar así
como las losas añaden -según la superficie total cubierta-
un peso muy importante a la estructura.
La iglesia parroquial de Ortilla en el somontano de Huesca,
es un buen ejemplo de cómo se
edificaban las sobrecubiertas. Bajo una estructura moderna que la proteje,
a modo de falsa, encontramos la deliciosa sorpresa de su sobrecubierta
original. En las imágenes superior e inferiores
a estas líneas, puede advertirse el relleno de tierra y guijarros
existentes sobre la convexidad de las dovelas que forman la bóveda.
Y sobre el mismo situadas en perfecto orden vemos las lajas de piedra bien labradas
que conforman sus dos aguas.
La pizarra, tan abundante
en los valles pirenaicos, también sirvió de acabado a las
sobrecubiertas tanto en los casos de bóvedas pétreas como en aquellas en que se empleó solo la madera. Su
menor peso las hizo adecuadas para no sobrecargar las estructuras.
Ya en época moderna
se han utilizado otros materiales, que siendo "menos dignos"
al menos cumplen la función de preservar los templos, por lo que
-a pesar de su evidente anacronismo- son mejor que nada. Tejas
tradicionales formando "tejados" o planchas de uralita a modo
de "flequillo absidal" son algunos de los ejemplos de lo mencionado con los que nos encontramos recorriendo el románico.