LA GUÍA DIGITAL DEL ARTE ROMÁNICO

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EL ROMÁNICO
   

5.- EL TEMPLO ROMÁNICO

B) - Decoración


B-2) Tallas.

Una parte importante en la religiosidad del hombre románico la constituyeron las tallas en madera para formalizar y estimular sus sentimientos y devociones. El hecho de que la figura sea "de bulto" es importante a la hora de proyectar las emociones religiosas. Y a ello ayuda más la imaginería que la decoración pictórica. La mayor parte de las tallas en esta época corresponden a imágenes de la Virgen con el Niño y Cristo crucificado, bien en solitario o formando grupo con La Virgen y San Juan en forma de "calvario". Son tallas realizadas sobre maderas de diversa procedencia por lo general locales (pino, nogal, roble..). Su acabado se efectuaba policromando la talla. En ocasiones estas imágenes son verdaderos relicarios al portar reliquias en una oquedad posterior.

VIRGEN DE IGUACEL (HUESCA)

Un abundante número de Vírgenes románicas ha llegado en buena conservación hasta nuestros días. Muchas otras han desaparecido por deterioro de su materia prima, incendios, destrucción intencionada o expolio. Realmente debió de ser elevado el número de las mismas y probablemente no hubiera templo que no las tuviese. Las tallas de la Virgen la representan sentada y con el Niño sobre ella ("Theotokos"). Son "Vírgenes-trono" en las que prima su función de "mueble" desde el que reina Cristo. Esto es especialmente realista en las más antiguas. En ellas la Virgen es hierática, inexpresiva, casi ausente, con los brazos extendidos flanqueando al Niño como si de los brazos de un sillón se tratase pero sin intentar siquiera tocarlo. El Niño se halla centrado en el plano de simetría. Una buena muestra de estas vírgenes arcaicas la hallamos en la imagen de la izquierda bajo estas líneas. Corresponde a la Virgen del Camino de Ena (Huesca). De ella me dijo mosen Benito Solana que "es la más antigua del Sodoruel". Y a juzgar por sus rasgos y por lo dicho, es más que probable. La figura del Niño está tallada en un bloque aparte y se sujeta en su sitio por medio de un grueso hilo de nylon anudado en torno a ambas imágenes. La figura del Niño se esculpió separada de la de la Vírgen para poder mostrarlo en Navidad ("Puer natus est").

VIRGEN DEL CAMINO. ENA (HUESCA)VIRGEN DE RODELLAR (HUESCA)VIRGEN DE SIRESA (HUESCA)VIRGEN DEL BUEN ACUERDO. GALLOCANTA (ZARAGOZA)

A medida que avanza el XII y sobre todo en el XIII cambia el patrón descrito. Las vírgenes pierden parcialmente su hieratismo para adquirir rasgos más naturales mientras que el Niño pasa a hallarse sobre la rodilla izquierda de la Virgen tendiendo a la postura ladeada a su derecha. La Virgen en esta fase ya sujeta al niño y lo toma de modo más natural, como en la imagen superior derecha perteneciente a la Virgen del Buen Acuerdo de Gallocanta (Zaragoza) que lo sujeta por su cadera izquierda y pie derecho al que da apoyo a la vez que lo ofrece.

VIRGEN DE ASTÓN. ALCALÁ DE GURREA (HUESCA)VIRGEN DE MARCUELLO (HUESCA)

En las fases avanzadas los rasgos son realmente naturales, como puede verse en la Virgen de Marcuello -arriba a derecha- en la que ya aparece una sonrisa. Abajo a la derecha he incluido un primer plano de una talla de la Virgen. Corresponde a una figura de Calvario y se halla en Castilliscar (Zaragoza). A pesar de formar parte de un cuadro trágico, su expresión de serenidad, belleza e infantilismo de rasgos me sigue impresionando cada vez que la contemplo.

VIRGEN DE CILLAS (HUESCA)CASTILLISCAR (ZARAGOZA). VIRGEN DE UN CALVARIO

Tras las imágenes de la Virgen, las tallas de Cristo crucificado son las más abundantes en este periodo. Son tallas estilizadas. Cristos "de cuatro clavos" por representarse al Crucificado con los pies separados. Los detalles anatómicos se suelen marcar de forma notable (tendones, costillas..) y también las heridas de la Pasión.

Uno de los más bellos Cristos románicos que conozco es del monasterio de Siresa en Huesca (sobre estas líneas y abajo a izquierda). Esta tallado en nogal policromado y se halló enterrado en un sepulcro en las obras de restauración del templo efectuadas hacia 1990. A su lado, el Cristo de Ardisa, que se expone en el Museo Diocesano de Jaca.

Otra de las tallas del Crucificado que me agrada es la de Salardú (Lérida). La tosca talla del Cristo conserva su cruz original en la que hay unos bellos motivos pictóricos representando la resurrección de los muertos y un ángel turiferario (abajo)

Dos Cristos aragoneses de gran expresividad son los que muestro bajo estas líneas. A izquierda, sereno, muerto, el de Castilliscar y a su lado el Cristo del Perdón, en Sos del Rey Católico (ambos en Zaragoza) con rasgos infantiles y ojos abiertos.

A un momento ya avanzado corresponde el Cristo de cuatro clavos en la iglesia de planta circular de Torres del Río (Navarra) -abajo a izquierda-.

CRISTO DE TORRES DEL RÍO (NAVARRA)SAN PEDRO DEL CASTILLO DE LOARRE (HUESCA)

También se tallaron otros personajes aparte de los descritos. La lista sería interminable. Traigo aquí uno que goza de mi preferencia: es la imagen de San Pedro, titular de la iglesia del Castillo de Loarre que presidió su altar durante largo tiempo y que en la actualidad se expone en la iglesia de la villa de Loarre junto a la Virgen del Castillo y las reliquias de San Demetrio.



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